Verónica Linares: "Mamis novatas, nanas expertas"
Verónica Linares: "Mamis novatas, nanas expertas"
Verónica Linares

Estoy en el baño terminando de alistarme para salir volando a una cita médica, cuando escucho sonar mi celular desde el cuarto. Al contestar, una voz pausada se identifica con timidez y me pide referencias de una niñera que deseaba contratar: «¿No sé si tengas unos minutos para conversar?», pregunta. 

No me importó perder la consulta. Conozco la angustia de no tener alguien que cuide a tu bebe: Pides permiso en el trabajo y haces mil entrevistas. Finalmente cuando crees haber encontrado a la persona ideal sigues preocupada, porque no sabes si escogiste bien y la llamas cada hora. 

La bebe de la mujer al teléfono tiene seis meses de nacida y su niñera tuvo unos problemas familiares que la obligaron a retirarse. La mamá –como tantas– trabaja todo el día, así que necesita a alguien responsable y con experiencia. Que sea precavida a la hora del baño, que sepa dar la papilla y enseñe que la noche es para dormir. 

Pero su principal inquietud era saber si la antigua niñera de Fabio aceptaba la crítica.

Me contó que si bien la joven que antes estuvo a cargo de su niña era eficiente, no tomaba de buena manera cuando le daban instrucciones precisas. Ese es un problema común entre muchas mamás y peor si trabajas: enfrentar a las niñeras sabelotodo. 
La mayoría de niñeras de agencia de empleos tiene una especialización que se ajusta a la necesidad de cada familia. Hay personas que solo se encargan de los recién nacidos hasta los seis meses de edad, otras hasta los dos años. Están también las expertas en mellizos (para mí, esas son las bravas). 

Algunas trabajan cama adentro, otras cama afuera, si lo deseas duermen con el bebé. Tienen estudios en el extranjero o son técnicas en enfermería, también hay licenciadas en estimulación temprana y la mayoría cuentan con 10 o hasta 20 años de experiencia. O sea, unas ‘capas’ en crianza a las que no les cuadra que una chica sin experiencia les diga cómo tienen que hacer las cosas. 

Por muy obvio que parezca, algunas de ellas no logran entender que esa novata, esa inexperta es nada menos que la madre del niño que van a cuidar. Y que la última palabra siempre la tiene la madre. Te pueden decir que lo comprenden perfectamente –cómo no– pero con sus acciones lo desconocen. He visto a niñeras cincuentonas, que han pasado por la experiencia de ser madres, pero igual se fastidian –por ejemplo– de que una mamá primeriza les diga cuánto Desitin deben poner en el poto del bebe. 

Como supones que ellas saben más que tú, aceptas al principio y luego terminan dirigiendo la casa. Deciden si tu niño usa chupón o no, cuándo debes quitarle el pañal, a qué hora darle el almuerzo, si está mal que haga siesta. Algunas llegan a decirte que no cargues tanto a tu propio hijo porque lo malacostumbras o que mejor no le des la mamadera porque contigo se engríe y la rechaza. A veces parecen sargentos maternales.  

Y tú, madre recién estrenada, te encuentras con esta sabelotodo que sí es capaz de controlar el llanto de tu hijo y entonces cedes. Como quieres lo mejor para tu bebé y tal vez estás temerosa e insegura de cometer errores, te dejas llevar. ¡Muchas hemos pasado por lo mismo! 

Una de mis tuiteras favoritas es @mamaculpable, del blog con el mismo nombre. Es un espacio donde las mamás dicen abiertamente todo lo que la sociedad te prohíbe o juzga como «de mala madre». Reconforta saber que la culpa es parte de la vida de una madre, eso ayuda a disiparla. 

Así que mamá primeriza ¿qué importa si te equivocas? Una escaldadura no es el fin del mundo. No diré que el instinto de madre te va a guiar porque es mentira. Todo se aprende: cambiar pañales, hacer la leche o entender por qué llora tu hijo solo lo dominarás con el tiempo y con paciencia. Contrata a la niñera que te caiga bien, no necesariamente a la mejor preparada. Y si a la semana la experta no acepta las sugerencias de la novata, conversen y si persiste es mejor seguir buscando. No es sano para tu bebe que mamá pierda autoridad. Además, te aseguro que nada ni nadie es mejor que mamá, así se equivoque 20 veces.

 

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