Verónica Linares: "Lo que no es no será"
Verónica Linares: "Lo que no es no será"
Verónica Linares

Habíamos planeado nuestro encuentro durante una semana. Ella es economista y trabaja en un banco. Cuando está de salida, yo estoy entrando al programa de la noche. Cuando salgo del noticiero matinal, ella empieza a trabajar. Pero sus mensajes me anticipaban que algo quería contarme: “Y el miércoles en la noche, ¿podemos vernos un rato?”. Estaba segura de que iba a hablarme de un chico y por teléfono no es igual. Así que acomodamos el fin de semana: Ella regresó temprano de la playa y yo llevé a la familia a Miraflores.

Sabía que mi amiga había estado saliendo con el amigo de un amigo, pero nunca vi una foto del susodicho en el Facebook, ni siquiera en grupo. Supe que habían dejado de verse, pero no sabía por qué.

La historia era así: A principios de año se conocieron en una reunión,  intercambiaron teléfonos y luego de chatear por unos  días, se citaron. Salieron durante casi dos meses hasta que una noche se besaron. ¡¿Dos meses sin que pase nada de nada?!
O sea, si mi hija de quince años me contara que un chico la invita al cine, luego al Centro Comercial, luego van juntos al quino y siguen saliendo sin darse ni un piquito creo que está bien.  Pero a nuestra edad, pareciera un poco lento para dar el primer paso.

¿Y él no se insinuó antes? ¿Y tú? ¿No te gustaba? Ella dice que ninguno de los dos forzó la situación y que simplemente no se presentó la oportunidad hasta aquella noche que no solo se besaron sino que terminaron en la cama.

Al día siguiente, él la llamó para hacer algo y ella se negó. Dice que no sabe si por hacerse la interesante o por miedo a iniciar -por fin- una relación, pero lo cierto es que lo choteó hasta dos veces. Como es lógico, el chico no la llamó más y ahora ella quiere volver a verlo. 

Yo no entendía nada. Incluso me molesté con ella porque sé que la ha pasado mal con sus últimas parejas y hace casi dos años que no sale formalmente con nadie. ¿Por qué lo rechazó?

Ella piensa que se está autosaboteando. Ya saben, a veces los humanos -hombres y mujeres-  hacemos exactamente lo contrario a lo que nos conviene. Yo creo que en realidad no hicieron click. 

Si alguien te gusta, no hay análisis ni estrategia que valga. No te importará si él cree que eres muy fácil de llevar a la cama o muy conservadora. Si estás ocupada en el trabajo o de mal humor, porque tu jefe te recargó de trabajo, igual le contestas el teléfono. No te importa viajar kilómetros con tal de verlo. No te quedas en tu casa un viernes frente a la televisión en vez de estar con él solo para que no crea que eres una arrastrada. Me parece que a ella no le gustó mucho y a él tampoco lo entusiasmó demasiado, si no hubiera insistido hasta que ella lo mandara a rodar. 

Le aconsejé a mi amiga que se olvide de este chico. Ella dice que soy muy extremista, que no siempre estás 100% segura de salir con alguien y que en el camino vas decidiendo. Cree que también existen los grises a la hora de las relaciones. ¿Pero quien quiere emprender una relación gris? 

A mí no me convence que al día siguiente de acostarte con alguien no te emocione su llamada. Que no se te erice el cuerpo de solo pensar en volver a verlo. Que no te falta la respiración porque estás ansiosa de que te bese.

Ahora, si después de un tiempo de adrenalina, empieza a darte flojera hasta conversar con él,  entonces es normal: intentaste pero te equivocaste. Pero si al inicio de una relación no te entusiasma encontrarte con él, olvídate. De repente sea un partidazo pero para otra. A ti no te gusta y no hay que hacer drama por eso. Como dicen los chibolos de ahora: ‘next’. Que venga el siguiente.

 

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