Viajamos un poco cuando ingresamos en el buscador de Google el nombre de una ciudad y pensamos que tal vez ya sea hora de aventurarnos por Europa. Y es verdad. La Unión Europea aprobó esta semana el pasaporte biométrico peruano y la empresa emisora debe entregar 1,2 millones de esos documentos durante un año. De esa forma, ya no se necesitará la visa Schengen. Infórmate sobre cómo hacer el trámite y planifica cuándo y dónde ir. ¿Te ayudamos?
La antesala
Lo primero a definir es la fecha en la que viajarás: primavera (de marzo a junio) y otoño (de setiembre a diciembre) son épocas ideales para pasear por esas tierras sin deshidratarse ni congelarse.
Lo siguiente es fijar la ruta, la misma que determinará si necesitarás tramitar una visa adicional. El documento lo puedes pedir hasta tres meses antes del viaje. El trámite cuesta US$133 y la respuesta suele tomar dos semanas, por lo menos.
Toma en cuenta las preferencias de todos. Destina entre 15 a 20 días para todo el viaje e incluye, por lo menos, estos destinos: España porque es el punto de llegada de la mayoría de líneas áreas; y Francia e Italia, dado que son países limítrofes y que no implican largos desplazamientos. Si tienes más tiempo, da una vuelta por Ámsterdam y Brujas que están también cerca y a donde puedes llegar en tren. Otra alternativa es ir a un solo país, pero pasear por varias de sus ciudades principales.
¿Con agencia o sin ella?
Ir por tu cuenta supone trazar rutas, reservar alojamientos, buscar horarios de trenes o líneas ‘low cost’ que cuadren perfectamente con tus planes. La ventaja: da mucha libertad.
Si no estás familiarizado en buscar ofertas por Internet o hacer transacciones por esa vía, puede resultar engorroso. Por eso, a veces es aconsejable contratar un operador turístico. Entre los servicios a elegir hay desde paquetes completos que incluyen transporte, hospedaje y tours y otros que solo dan pasajes y hoteles. Las personas mayores o las familias pueden elegir esa opción. Con esta modalidad, se suelen evitar también colas porque tienen paso preferente en algunas atracciones y museos.
El descanso adecuado
Si piensas contactarte con esos amigos y familiares que viven en Europa y pedirles alojamiento con tu mejor sonrisa, ve con calma: cada familia tiene sus costumbres. Lo mejor, siempre que el presupuesto lo permita, es buscar un alojamiento propio.
Hay hoteles y hostales desde 50 euros. Quienes no temen compartir dormitorio con desconocidos y buscan ahorrar, pueden encontrar hostels de 10 a 20 euros por noche. Una opción más –si quieres sentirte ‘como en casa’– es la web Airbnb que, dependiendo de la ubicación, puede costar de 30 euros en adelante. O couchsurfing si estás buscando un anfitrión local. Finalmente, otras alternativas son los hoteles por hora y quedarse en comunas en donde no se paga, pero se hacen labores domésticas.