(Foto: Shutterstock)
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Redacción EC

Viajar no solo es una oportunidad para conocer otros países y ser el típico turista. Este tipo de experiencias también favorecen tu desarrollo personal, haciendo que aprendas y apliques nuevas herramientas que te servirán luego.

Salir de viaje implica dejar atrás lo que conoces y decirle sí a la aventura. Probablemente no todo sea felicidad y tengas que afrontar problemas, pero todas esas experiencias te volverás más independiente, empoderado y afinarán tu instinto. 

¿Qué hace de viajar una experiencia tan enriquecedora? Te lo decimos a continuación:

1. Revienta la burbuja

No hay que viajar demasiado lejos para conocer realidades completamente distintas a la tuya. Con solo alejarte unas cuantas horas de Lima, por ejemplo, puedes llegar a comunidades rurales donde el contacto con la naturaleza y el ambiente es mucho más importante que en la gran ciudad. 

2. Te obliga a salir de tu zona de confort

Ya tienes una rutina diaria establecida, estás acostumbrado a comer lo mismo, sabes cómo llegar de un lugar a otro. Pero cuando sales de viaje todo se pone de cabeza, y es eso justamente lo que lo convierte en una experiencia divertida.

3. Es una motivación para aprender cosas nuevas

Idiomas, costumbres, tradiciones... todo puede cambiar cuando sales de tu país. El hecho de llegar a un entorno distinto es un impulso para ampliar tu conocimiento y seguir adquiriendo nuevas habilidades.

4. Trabajas en tu independencia

Si viajas solo, te darás cuenta que muchas veces dependes de los demás para resolver problemas. Viajar y alejarte del lugar que conoces, de tus amigos y de tu familia pondrán a prueba tus capacidades para desenvolverte y eso te convertirá en una persona mucho más consciente de su independencia y que sabe cómo valerse solo. Además afinarás tu intuición.

5. Dejas la vergüenza de lado

Si eres una persona tímida y a la que le cuesta conversar con desconocidos, viajar te va a obligar a hacerlo. A veces, para conocer un lugar de verdad, hay que pedir ayuda a los residentes, quienes saben mucho más que una guía turística.

6. Descubres que los riesgos no son tan malos

¿Te gustaría aprender a bucear pero tienes miedo? ¿Serías totalmente incapaz de invitar a alguien a bailar? ¿Te gustaría hacer puenting y tus nervios no te lo permiten? No todos los riesgos son malos y viajar es la oportunidad perfecta para darte carta blanca e intentar lo que no harías en casa.

7. Te enseña a darte un respiro

Vivimos tan ajetreados que olvidamos lo importante de desconectarnos y concentrarnos en nosotros mismos. Viajar te da la oportunidad de hacerlo como tomarte tu tiempo para recorrer museo o quedarte tan impresionado con un paisaje que eres incapaz de sacar la cámara para tomar una fotografía.

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