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Redacción EC

Mientras estaba en la universidad, perdió el 95% de la visión por una retinitis pigmentosa, una enfermedad incurable. Tenía solo 20 años y el sueño de recorrer el mundo. La discapacidad visual le hizo descubrir que, entre tantas otras cosas, viajar era un objetivo muy difícil de lograr para los no videntes, pero tuvo una solución.

"En esta vida, si hay algo que quieres hacer y no existe, o lo creas tú, o aceptas que tendrás que vivir sin ello", dice Amar Latif, un británico que en 2005 abandonó su trabajo como contador para convertirse en un emprendedor del mundo de los viajes: fundó Traveleyes, la primera agencia turística especializada para la experiencia de los no videntes.

El proyecto surgió tras problemas con diferentes operadores turísticos por el servicio que daban para quienes tenían discapacidad.

Las personas con ceguera que desean viajar por el mundo necesitan la compañía de un vidente, pero Amar creó un sistema para que puedan tomar la decisión de viajar solos. Traveleyes brinda excursiones en grupos formados tanto por no videntes como videntes para que compartan sus impresiones y sensaciones y creen vínculos.

La empresa de Latif ofrece paquetes a un precio básico para los no videntes y con un 50% de descuento para los videntes, pero con una condición: deben compartir su vista describiendo el mundo que los rodea. En otras palabras, convertirse en los ojos de su compañero.

Cada día las parejas del grupo van rotando para que todos puedan conocerse con todos.Otro de los diferenciales de esta compañía es un punto que su fundador suele recalcar: los videntes acompañan, pero no son los cuidadores.

"Las personas ciegas tienen los mismos deseos que todos los demás. De hecho, suelen ser más aventureros y entusiastas", afirma al diario Express.

Fuente: La Nación /Argentina / GDA / El Comercio.

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