Alianza Lima es fútbol, tradición y fe. Pero también es gastronomía. Antes del coronavirus, cuando el estadio Alejandro Villanueva recibía miles de hinchas blanquiazules cada fin semana, Juana, Olga y Yola Penalillo jugaban su propio partido en medio de los fogones, en las intersecciones de las tribunas sur y occidente.
Matute debe ser el estadio con la mejor gastronomía del mundo. Cada vez que jugaba Alianza Lima, en sus tribunas desfilaban suculentos platos de carapulcra y sopa seca, arroz con pollo y seco con frejoles. Pero entre tantas delicias culinarias, había uno que se alzaba como la estrella: los anticuchos servidos con crema de ocopa.
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En un partido a casa llena, cuentan las hermanas Penalillo, podían vender 500 porciones de anticuchos, extraídos de 80 kilos de corazón de vaca. “Nosotras ayudábamos a nuestra mamá en un restaurante que ella tenía hace treinta años. Allí aprendimos todos los secretos para tener una buena sazón”, cuenta la señora Juana.
Con la pandemia, sin embargo, tuvieron que renovarse. Matute cerró sus puertas y el espacio que habían acondicionado como su cocina, no se sabe cuándo volverá a esparcir sus exquisitos aromas. Fue así que, sin perder el cariño y la sazón de siempre, decidieron implementar un servicio de delivery para el deleite de todo el pueblo aliancista.
Antes de solicitar el servicio hay que tener en cuenta dos cosas: los pedidos se hacen con dos días de anticipación y solo los fines de semana. La entrega tiene un costo adicional según la zona de reparto. La propia Olga Penalillo es quien atiende a las personas, ya sea vía telefónica o por whatsapp.
La carta es un poema del buen comer. Hay opciones para armar combos (carapulcra con sopa seca y tamalitos verdes, por ejemplo), pero también hay otras opciones como lomo saltado, chancho al cilindro y asado con puré. Todos los platos se entregan debidamente sellados y llegan a los domicilios cumpliendo los debidos protocolos de bioseguridad.
Con los anticuchos el proceso es distinto. Olga Penalillo explica que la mejor manera de disfrutarlos es al instante, cuando están humeantes. Por ese motivo no los envía cocinados, sino más bien en bolsas de aire selladas, con los palillos ya incrustados y debidamente sazonados (tres porciones por plato), listos para ponerse en la parrilla. Al cabo de diez minutos salen suaves y jugosos. Cualquier duda sobre el proceso de cocción, pueden hacérselas saber a la señora Olga.
Alianza Lima cumple 120 de años de fundación. Para los hinchas, el sentimiento no solo se percibe en el corazón, sino también en el paladar (y el estómago) gracias a una notable cultura culinaria. //