Escribe María Pía Arriola
Una sabrosa manera de conocer una ciudad es sentarse en una de sus mesas y sentir cómo sus sabores van contando su historia, cultura y tradición. En Chiclayo, tierra de los buenos vientos, se puede hacer esa exploración en todo momento del día. Si llegas con tiempo para el desayuno y deseas uno contundente, prueba el frito chiclayano. Es un chicharrón de cerdo sazonado con ají panca que se ha convertido en el clásico dominguero. Dos lugares que lo sirven con pericia son los puestos del Mercado Modelo, ubicado a unas seis cuadras de la Plaza de Armas, y el restaurante La Romana, localizado en la avenida Balta (la más concurrida de la ciudad). Se come con yuca y zarza criolla por un precio no mayor a S/.30.
En el mercado busca el puesto 42, donde el refresco de cebada de la familia Morales, con 67 años de experiencia, calmará la sed que los más de 25°C de temperatura generan en la actualidad. Se trata de un elixir helado y reponedor que lleva toques de piña y limón. Lo puedes encontrar por S/.0,50 y S/. 1.
LAMBAYEQUE A LA CARTA
Disfruta del día chiclayano en la Plaza de Armas, con su pileta y árboles que invitan a la calma y la Catedral de estilo de neoclásico a un costado. Camina por el Paseo de las Musas, donde 17 esculturas te harán conocer más de la cultura helénica. Allí están Polimnia, la creadora de la poesía; y Terpsícore, diosa del canto, entre otras. Luego visita la plazuela Elías Aguirre, en honor al héroe local, y cuando llegue el mediodía enrumba desde la calle Arica hacia Lambayeque. Son menos de 15 kilómetros (S/.3 en pasaje) que te conectarán con lo mejor de la comida norteña. Recomendamos El Cántaro –de la calle Dos de Mayo– para probar el tradicional arroz con pato. Tiene calificación de ‘excelente’ en Tripadvisor y fue considerado el mejor de Mistura 2009.
Otra opción es el famoso Rincón del Pato, que sirve –según palabras de expertos–, el cabrito más rico del Perú y el histórico chirimpico, un guiso sabroso con menudencias de cabrito que se suele acompañar con sangrecita. La chicha de jora es el líquido ideal. El restaurante del reconocido chef Héctor Solís, el Fiesta Gourmet, también te espera con su variada carta que incluye tortilla de raya, pato mechado y espesado. Para combinar la cultura gastronómica con la cultural, visita el Museo Nacional Tumbas Reales de Sipán. Es uno de los más impactantes del país con más de tres mil metros cuadrados de historia moche.
PARA DEJAR EL NORTE
El manjar perfecto para cerrar el día es la cachanga (una especie de pan frito) que se puede comer sola o rellena con queso. El complemento por excelencia para este lonche es el champús, una bebida a base de frutas (membrillo, piña y guanábana) y endulzada con chancaca. Se pueden encontrar tanto en el mercado como en la intersección de la avenida La Libertad con la calle Los Mangos, en Santa Victoria. Los precios oscilan entre los S/.0,70 y S/.1. Chiclayo así, se presenta con una variada oferta lista para ser degustada. No olvides que uno de los placeres de la vida es sentarse a la mesa a disfrutar. Y todo sabe mucho mejor si hay alguien con quien compartir.