“Viajé a Cancún junto a una amiga para recibir el Año Nuevo. Fueron unas vacaciones especiales, porque me ayudaron a respirar, oxigenarme y abrir los brazos al 2014.
La primera vez que fui visité Chichén Itzá y en esta segunda oportunidad, me concentré en Cancún. Así, tuvimos la opción de conocer los parques temáticos que tienen deportes de aventura. Paseamos por una especie de cuevas llamadas cenotes, en las que había que andar con cuidado. También subí a un circuito en donde te amarraban y al final te lanzaban al río. ¡No podía creer que hubiera tanta naturaleza y que era posible disfrutarla!
Me gustaría que acá también existieran esos parques, en donde la gente pueda conocer más de nuestra cultura y a la vez divertirse un poco“.