La música se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana, incluso cuando hacemos ejercicios. Es muy común salir a la calle y observar gente con audífonos mientras está realizando deporte. Entérate en qué nos favorece escuchar música.
Relajación. Escuchar música nos desconecta del ambiente externo y nos mete más a la actividad que estamos realizando. Si estás corriendo en la calle, hará que te olvides de los autos, del ruido de la ciudad y te centrará en el deporte en sí.
Reduce el esfuerzo. La música juega un papel importante en deportes que llevan un ritmo marcado como correr o pedalear. La respuesta está en el cerebro, no en nuestros músculos. El cerebro se ‘emociona’ e induce el movimiento en el oyente y reduce en un 15% el esfuerzo que realizan nuestros músculos.
Cambia el estado de ánimo. Está comprobado que la música es positiva para el cuerpo y alma debido que mejora tu ánimo o tu humor. Escuchar cierto tipo de música hará que te dé ganas de seguir adelante mientras haces ejercicio.
Te ayuda a mantener el ritmo. La elección de una buena canción con un determinado ritmo hará que no te detengas mientras haces deporte. Puedes estar cansado y tener ganas de detener tu trote, pero el ritmo de ciertas canciones hará que tu cerebro se estimule para continuar.