La periodista canadiense, Monica de La Villardière, critica la serie que se ha vuelto en el nuevo boom de Netflix. (Imagen: Instagram @maedchen_redaktion)
La periodista canadiense, Monica de La Villardière, critica la serie que se ha vuelto en el nuevo boom de Netflix. (Imagen: Instagram @maedchen_redaktion)
Redacción EC

Si algo ha logrado la nueva serie de , “”, es no pasar desapercibida. Hay quienes la aman y quienes la odian…pero eso sí: no hay medias tintas. El proyecto del productor televisivo Darren Star y la famosa estilista Patricia Field, se ha posicionado- increíblemente rápido- entre las series más vistas de la plataforma de streaming…y con ello, las críticas no han demorado en llegar.

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Ese es el caso de Monica de La Villardière, periodista freelance e influencer de moda canadiense. Monica, quien vive en París hace siete años (y está casada con un francés); ha escrito una carta a Emily, en donde explica las razones por las cuales la serie es un (completo) desastre: desde las “verdades” que creen decir sobre los parisinos hasta el estilo de vestir de los personajes. (Sí, la canadiense se ha enfrentado contra la mítica estilista americana).

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Monica sostiene que “Emily in Paris” enfatiza los estereotipos que recaen sobre los parisinos y sus modos de hablar, actuar o hasta pensar. En su carta,, Monica refuta punto por punto las conjeturas presentadas en la serie y defiende (a capa y espada) a los parisinos, tanto (o más) como si se tratase de sus propios compatriotas.

Empieza hablando sobre el idioma; uno de los puntos en que la serie hace hincapié al mostrar que Emily, proveniente de Chicago, no saber hablar francés e intenta comunicarse en su idioma natal en la mayoría de las ocasiones. Para Monica, no puede haber nada más alejado de la realidad. La canadiense cuenta en su carta, que los franceses- a pesar que la mayoría maneja el inglés- prefieren hablar en su idioma natal siempre y resulta increíble (literalmente) que dejen de hacerlo solo por una extranjera.

Rápidamente, Monica cambia de tema y se centra en las formas. En la serie, se ve que la protagonista sufre un choque cultural muy fuerte al sentir que el modo de hablar de los parisinos es muy directo (y hasta un poco grosero). Monica, defiende que los parisinos dicen las verdades de frente y no son “doble cara” como los americanos. Para introducir un argumento de un francés de nacimiento, la periodista cita a su esposo; quien vio la serie con ella y asegura que los franceses son amigos fieles…"solo que no están llenos de patrañas" (como los americanos); comenta.

Como un tercer punto, Monica habla sobre Emily y el amor. Para ella, resulta absurdo que tantos franceses estén interesados en la americana. “Sí, los hombres franceses son más directos en sus coqueteos que otros europeos, pero en este punto solo les está dando a los extranjeros en todas partes falsas esperanzas de que todo lo que necesitan es un vuelo a París y una ducha rota para encontrar un Príncipe Azul en una motocicleta de alquiler blanca y vivir feliz para siempre”, escribe. Una reflexión innecesaria al tener en cuenta que estamos hablando de una ficción.

Así, Monica continúa aclarando puntos que podrían interpretarse (simplemente) como experiencias diferentes; asumiendo que el guión de la serie fue basado en la vida del productor, que hace unos años decidió mudarse a París pues siempre fue uno de sus grandes sueños. Las experiencias contadas en “Emily in Paris” son algunas de las que él vivió como un americano en la gran ciudad. Sin embargo, más allá de pensar que la serie ofrece un “punto de vista de Paris” (y no la realidad entera); Monica considera que todo se trata de una gran mentira.

Tal vez, los dos (y únicos) puntos interesantes de su carta sea en los que habla de las mujeres y el feminismo; y la escasez de personajes afrodescendientes en esta versión de París, sobre todo aquellos provenientes del Norte de África. Un punto que vale la pena criticar y que debería ser considerado para la segunda temporada. Sobre las mujeres y el feminismo, Monica no niega que el papel de Sylvie- quien considera el atractivo sexual como una de las fuentes de poder femenino- representa a un grupo de las mujeres en París, pero también alega que la serie no habla sobre el pensamiento de las mujeres jóvenes, que buscan igualdad y luchan a diario por romper esos clichés de su cultura. Un tema que sería interesante de abordar en la próxima entrega, sobre todo en el panorama actual de esa conversación.

Para terminar, la periodista critica el vestuario de la serie- sobre todo el de Emily-. Asegura que una cosa es hablar del trabajo de Field en “Sex and the City”, el cual fue “aceptable”, y otra muy diferente hablar del nuevo éxito de Netflix. Según Monica, los parisinos “generalmente aceptan a Carrie (y su modo de vestir) por ser una parte única e importante del canon de la cultura pop de la moda”, escribe. “La moda es importante en Francia. Lo que en realidad es la primera de muchas razones por las que me cuesta creer que la elegante Camille alguna vez te elegiría (a Emily) como amiga en la calle. Simplemente no”, continúa Monica. Una reflexión final que no deja (exactamente) muy bien parados a los parisinos (aquellos que tanto defiende durante el resto de la carta).

La carta ha sido criticada por muchos, que consideran tiene un tono arrogante y elitista- (añadiendo que toda la discusión se centra en una serie de ficción de Netflix…); pero también ha sido aplaudida por otros- en su gran mayoría parisinos- que no se sienten conformes con los estereotipos mostrados en la serie.

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