Verónica Linares: "El sexo según Malena"
Verónica Linares: "El sexo según Malena"
Verónica Linares

Malena era la mujer más bella del pueblo. Cuando caminaba por la plaza parecía que el mundo se paralizaba. Sus curvas delicadas, su mirada cabizbaja y el pelo negro ensortijado eran simplemente hermosos. Los hombres -sin importar su edad- la deseaban con vehemencia y las mujeres -cómo no- solo esperaban a que el taco se le atracara en una piedra, tropezara y cayera ensuciándose toda.  

Han pasado 16 años desde que Mónica Bellucci interpretó a Malena, la esposa de un militar italiano que fue enviado a África luego de la declaratoria de guerra. La joven era sensual sin aparentemente proponérselo. No era coqueta, no usaba ropa escotada. Llevaba las faldas a la altura del tobillo, blusas cerradas hasta el cuello con un lazo y poco maquillaje: así generaba pasiones incontrolables. No imagino a otra mujer interpretando a Malena. 

En la década de los 90, la Bellucci ya era conocida en el mundo del modelaje y con rapidez fue tentada por el cine. La recordamos como una de las novias de Drácula de Bram Stoker pero, sin duda, su lanzamiento como actriz fue en Malena. 

Desde entonces la italiana Mónica Bellucci ha sido un ícono de la sexualidad y sensualidad. Cada vez que la entrevistan le preguntan de sexo. Una vez en “The Sunday Telegraph” dio un consejo a todas las mujeres que querían ser tan ‘ragia’ como ella. Dijo que en vez de matarse con dietas estrictas y pasar horas en el gimnasio necesitaban practicar un buen sexo. Explicó que lo mejor era perder calorías en la cama. ¿Qué otra respuesta podría dar Malena?

Sin embargo, hace unos días me desilusionó. El viernes 30 de setiembre Mónica Bellucci cumplió 52 años y lo celebró posando desnuda mientras nadaba en una piscina. Sigue espectacular, sexy, sensual. ¡Qué envidia! 

Pero sus fotografías no fueron la única noticia, sino lo que dijo. Que a su edad el sexo era más reflexivo. A mí casi me da un infarto. Si la italiana más sexy dice eso del sexo a los 52 años qué nos espera a simples mortales a esa edad. Estaba en shock. 

Malena, la protagonista de la polémica película “Irreversible”, estaba diciendo que a los cincuenta y tantos el sexo es aburrido. Porque cuando dices que algo es reflexivo implica pensar con detenimiento, darle vuelta algo en la cabeza, analizarlo. En buen cristiano: andar con calma. 

Imagino que desde un punto de vista romántico puede ser. Y desde luego que en algunas ocasiones, pero decir que en general el sexo llega a ser reflexivo es quitarle de raíz la emoción al tema. Y encima decir eso a los 50 –supuestamente los nuevos 40 y la etapa de la madurez plena– fue desmotivador.

Me resistía a pensar que Malena había dicho eso, así que busqué todas las publicaciones posibles sobre sus declaraciones hasta que encontré una web que las reproduce mejor. 

Le preguntaron sobre cómo es el sexo después de los 50. Ella dijo: «La pasión nunca se apaga. Cuando uno es joven, uno es conducido principalmente por el deseo hormonal. Se realiza por impulsos. Con el tiempo  el sexo, tal vez, se vuelve reflexivo pero el disfrute es más fuerte. Pero lo que puedo asegurar es que no imagino ahora hacer el amor sin amor. Cuando en una relación la sensualidad y la sexualidad se encuentran es algo magnífico. Sobrevive a lo largo del tiempo».

Otra cosa, ¿no? Así que siguiendo las sabias palabras de Malena: pasa menos tiempo en el gimnasio, no te mates de hambre con pura lechuga que después vas estar de mal humor y sin ganas de tener encuentros amorosos con tu pareja. Por favor, nada de estar reivindicando un sexo reflexivo como si se tratara de un pensamiento. No medite mucho y solo disfrútelo sin importar qué edad tenga. 

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