Verónica Linares: "Vivir y dejar vivir"
Verónica Linares: "Vivir y dejar vivir"
Verónica Linares

Los grupos cerrados de Facebook me han sacado de verdaderos aprietos. En ellos encuentras los mejores datos de todos los temas posibles. Desde el mejor bloqueador de sol, pasando por la torta de chocolate a domicilio hasta las vacaciones soñadas y recontrabaratas.

Cuando mi abuela se rompió la cadera y quedó inmovilizada, me ayudaron a contactar con una agencia especializada en ancianos que tenía personal con disponibilidad de tiempo inmediata.

Es un boca a boca hipermasivo y efectivo. Pero, como todo en las redes sociales, no están lejos de la polémica. 

Un día un padre de familia publicó la fotografía de una niñera sentada en el parque que está arriba de Larcomar, mientras la niña a su cargo jugaba a lo lejos. A él le pareció indignante ver a esta señora sin moverse en tanto la niña corría sin aparentemente ninguna supervisión. 

En las imágenes se la veía atenta a su celular y no a lo que pasaba en su entorno. Calculó que la menor estaba a unos 50 metros de distancia y la niñera ni cuenta. También hizo referencia a su sobrepeso que -según él- podría ser la causa de aquella dejadez. Le parecía que la pequeña estaba demasiado libre y su intención era advertir del peligro a los padres de la niña a través de este grupo de más de 10 mil miembros: “Si alguien conoce a sus papás, por favor avísenles”. No saben la tremenda discusión que se armó a favor y en contra de la niñera.

Qué tiene de malo ser gorda. Qué clase de padre quiere que su hijo no se mueva con libertad en un parque. Que si le pago a alguien para que cuide a mi hijo no debe estar sentadota en una banca. Que así vamos a seguir criando niños inseguros. Que cada vez hay más niños dependientes sin autonomía. Que no debemos dejar que otros críen a nuestros hijos. Que siempre es bueno tener vigiladas a ‘estas’ personas. Que yo quisiera que alguien me informara si la niñera que contraté no está cumpliendo su trabajo.

El post de un padre que aprovechaba el feriado para jugar con sus hijos en el parque terminó siendo un callejón oscuro, ese violento  juego escolar en el que te sometían a puñetes, patadas y escupitajos.

A veces parece que nuestro acceso a Internet nos sirve solo para pelear, para quejarnos del mal servicio y no para aprender o conocer lo que piensan otras personas.

Es increíble lo violenta e intolerante que se está volviendo nuestra sociedad. Es como si tuviéramos un montón de ira contenida y a la primera oportunidad la dejamos correr, sin importar contra quién. Si no estamos de acuerdo con algo ¿es acaso imperante decirlo e imponerle a otro nuestro punto de vista? ¿Y si no haces nada y solo sigues leyendo otros perfiles del Facebook? ¿No creen que sea más dañino para nuestros hijos vernos discutir y hacerles creer que lo único correcto es lo que papá o mamá hacen?

 

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