"No permitas que la psoriasis controle tu vida"
Andrea Castillo

Por Andrea Castillo C.

Las psoriasis es una enfermedad que se ve. Las lesiones en forma de placas de color rojizo y escamativas son muchas veces motivo de discriminación social y laboral de quienes las padecen. “Sientes vergüenza de ser vista por los demás porque temes ser juzgada", cuenta Karina Chávez, una joven especialista en marketing diagnosticada con psoriasis desde los 17 años. 

"Por la psoriasis me convertí en una chica tímida y callada; pero gracias al apoyo de mi familia, de mi esposo y de mis amigos verdaderos he salido adelante", añade quien ha encontrado en su blog “Viviendo en mi piel” una forma de terapia para liberarse de la carga de la enfermedad, compartir experiencias y entrar en contacto con otras personas en su misma condición.

Karina presenta psoriasis guttata o de gota. Las primeras lesiones en los brazos le aparecieron a los 16 años. Estaba por terminar el colegio y no sabía qué carrera profesional seguir.

“Era verano y usaba ropa de manga larga para esconder las lesiones. Sentía vergüenza de ser vista así. Solo cuando el dolor y el escozor se volvió insoportable, y las lesiones comenzaron a sangrar, le conté a mi madre lo que me pasaba. Vi varios médicos antes de que una doctora me dijera que era psoriasis. No tenía idea de qué se trataba pero comencé el tratamiento”.

Las lesiones de Karina mejoraron; ingresó a la universidad, pero cada vez que enfrentaba el estrés de los exámenes de mitad o final de ciclo, las lesiones reaparecían. Pero ha aprendido a vivir con la enfermedad. Hidrata su piel continuamente, cumple con sus tratamientos de control (se gasta unos S/.400 por mes) y, aunque le encanta la moda, prefiere calzar zapatos cómodos para evitar el dolor en las uñas de los pies, también afectadas por la psoriasis.  

“Necesitamos tener mucha paciencia porque hay tratamientos que no funcionan”, dice Karina quien sabe muy bien que la psoriasis se puede controlar para gozar de calidad de vida.

Comunidad de pacientes

Ella trabaja en una agencia de publicidad. Se casó y siguió un máster en publicidad en Barcelona (España). Allí conoce la experiencia de la asociación Acción Psoriasis y, animada por su esposo, escribe el blog “Viviendo en mi piel”. Ahora promueve la formación de una asociación de psoriasis y artritis psoriásica del Perú (APAPSO-PERU). Búscala en //www.facebook.com/psoriasis y artritispsoriasicaperu

“No debemos dejar que la enfermedad controle nuestra vida y se lo permitimos cuando nos aislamos. En mi caso, lamento mucho no haber disfrutado de un viaje familiar a Huánuco. Me pasé todo el tiempo de mal humor y sin ganas de socializar con nadie; pero fue el último viaje con mi padre y hoy me apena no haberlo disfrutado junto a él. Mi padre murió seis años después”.

Apoyo psicológico

El apoyo familiar es crucial en la recuperación de las personas con psoriasis. Por desconocimiento, muchas de ellas son o viven aisladas y tienen alto riesgo de desarrollar depresión y cuadros psiquiátricos. La terapia psicológica es muy importante para ellos y sus familiares.

Doris Ponce (26) lo sabe bien. “Lo más difícil es no experimentar preocupaciones,  tristeza o estrés. Si me deprimo por dos días, al tercero ya tengo nuevamente las manchas; pero si algo he aprendido con la psoriasis es tomar las cosas con calma; soy muy bromista y eso me ayuda mucho”, dice quien presenta psoriasis desde los 13. Ella es chef, trabajó en un restaurante pero lo dejó para evitar el exceso de estrés y ahora ayuda a su madre en un taller de costura.

“Si la gente conociera mejor qué es la psoriasis -sentencia- quizá no nos miraría tan raro en la calle”.

 

Contenido Sugerido

Contenido GEC