Predica con el ejemplo: Deja el cigarro y vive saludable
Predica con el ejemplo: Deja el cigarro y vive saludable
Redacción EC

Andrea Castillo

Fumar es dañino para la salud. No hay otra forma de decirlo, como bien lo apunta el portal de salud Medlineplus y los avisos en las cajetillas de cigarros. Quizá por eso cada 31 de mayo, Día del No Fumador, escuchamos este mensaje con insistencia. ¿Pero, le prestamos atención?

Las estadísticas revelan que en la prevención del tabaquismo queda mucho por hacer. Así lo demuestran los 130.000 escolares de secundaria que cada año se inician en el consumo de tabaco en el país, según datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).

Otro detalle importante: por cada 100 escolares varones que fuma, 69 estudiantes mujeres también lo hace. Coincidentemente, las mujeres y los jóvenes son los grupos objetivos de las campañas publicitarias de la industria tabacalera. El mensaje para las mujeres relaciona fumar con la libertad femenina, la emancipación y el empoderamiento.

MÁS QUE BELLEZA

Fumar no solo daña la piel y favorece la aparición prematura de arrugas en las mujeres. Aumenta sobre todo el riesgo de cáncer de pulmón y los problemas cardiovasculares, advierte el doctor Raúl Velarde, de la Liga Peruana de Lucha contra el Cáncer.

Se estima, incluso, que de no detenerse el consumo de cigarrillos en las mujeres, en unos años más el cáncer de pulmón habrá desplazado al cáncer de mama como el más frecuente entre nosotras.

Según Oncos alud, los recientes datos del registro de cáncer de Lima Metropolitana muestran que el cáncer de pulmón tiene un comportamiento distinto en hombres y mujeres. Mientras que en los varones la incidencia ha disminuido un 19% desde 1990, en las mujeres se ha incrementado en un 41% (también influye el crecimiento de la población durante ese período). La incidencia se refiere a casos nuevos por cada 100 mil habitantes. El tabaco es, pues, una de las drogas legales más utilizadas.

MAMÁ, NO FUMES

Si somos fumadoras y nuestro hijo nos dice: «Mamá, no fumes», y le hacemos caso, es un signo de equilibrio emocional. Si desoímos el llamado y seguimos fumando, incluso embarazadas, tenemos una adicción.

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