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Aunque Fiorella se ha convertido en un rostro popular por su rol en una telenovela, su gran amor es el teatro. Está convencida de que como actriz puede aportar a la construcción de una sociedad más tolerante y por eso fundó Animalien, una empresa generadora de contenidos escénicos. La buena acogida tras el estreno de su primera obra la hace sentir segura del camino que está recorriendo.

Te fuiste a estudiar a Canadá en el 2009. ¿Te costó regresar al Perú?
Tenía en mente volver porque quería hacer teatro aquí y ver como este arte permite una comunicación directa con las personas. Hay obras que te ayudan a tocar los temas sobre los que necesitamos reflexionar como país y a hacer catarsis. Siento que esa es mi responsabilidad como actriz y, por eso, mi primera obra “Pulmones” es muy importante para mí, porque es el inicio del proyecto que quería hacer desde que regresé, en el 2014.

¿Cuál consideras que es tu principal defecto?
Soy muy exigente conmigo misma y creo que ese es uno de los defectos más grandes que tengo. Cuando me frustro conmigo misma me pongo de mal humor y soy muy pesada, es algo con lo que trabajo muchísimo, pero, bueno, todos tenemos algo en qué trabajar. En mi caso estoy aprendiendo a hacer lo que me corresponde, porque a veces uno trata de controlar todo. Es hermoso aprender a soltar la idea de que hay que hacerlo todo perfecto. Simplemente hay que tomarse las cosas pasito a pasito.

¿Hubo alguna situación en particular en el que te diste cuenta de que debías tomarte las cosas con más calma?
Este año hubo un momento en el que estaba con muchísimo trabajo y las cosas no me estaban saliendo bien, porque estaba tratando de controlarlo todo. Fue entonces cuando me dije a mí misma: “ya basta de querer hacerlo todo perfecto” y noté el cambio. Empecé a disfrutar de mi trabajo otra vez y a sentirme feliz. Me dije: acepta que está bien equivocarse de vez en cuando, porque solo así se aprende.

¿Practicas alguna disciplina para mantenerte en forma?
Hago power yoga y me encanta estirarme; pero en estos momentos, con todos los ensayos y las grabaciones, es difícil mantener la disciplina de asistir a las clases, pero trato de hacer yoga al menos dos veces por semana como forma de entrenamiento. Como estoy aprendiendo a relajarme, tampoco es que quiera estresarme por no poder entrenar a diario.

¿Qué te gusta hacer para relajarte?
Me gusta bailar y salir a descubrir nuevos restaurantes. También me encanta pasar tiempo con mi familia y estar con Tunis y Mínima, mis dos gatas adoptadas. Cuando era más joven no me acercaba mucho a los animales, porque no me sentía en la capacidad de ayudarlos, darles de comer y cuidarlos, pero hace un año apareció Tunis y, hace tres meses, llegó Mínima. No sé en qué momento los gatos se adentraron en mi vida, pero llegaron para quedarse.

En la obra “Pulmones” tu personaje reflexiona sobre la maternidad. ¿En la vida real te ves lista para ese rol?
No siento el llamado de tener un hijo, tengo, más bien, la necesidad de contribuir a la felicidad de las personas que ya existen en mi vida. Vengo de una familia grande, con seis hermanos, muchos sobrinos, tíos y abuelos, y quiero trabajar para hacerlos felices y estar lista para estar con ellos ante cualquier circunstancia que les toque vivir. Hay personas que me dicen que en unos años cambiaré de parecer, pero, por ahora, solo pienso en compartir mi suerte con mi familia y otras personas que me rodean.

¿Qué significa para ti compartir tu suerte?
He sido testigo de cómo otros han ayudado a mi familia en momentos difíciles y quiero estar preparada para devolver esos favores y ayudar a quien lo necesite. Además, si eres una persona con suerte que se dedica a lo que quiere y le va bien, tienes que compartir tu suerte con otros. Mis padres nos han enseñado el valor de compartir, de mirar a tu alrededor y hacer algo al respecto. Ellos tienen una gran vocación por involucrarse en proyectos de apoyo social, en especial mi madre. La veo muy activa, siempre dispuesta a dar una mano, y me gustaría ser como ella. Aunque tengo mucho trabajo por hacer, ayudar está dentro de mi plan de vida.

¿Crees que el trabajo social va de la mano con tu carrera?
Por supuesto, porque el teatro es un espacio que tiene el poder de generar ideas inteligentes y promover la empatía entre seres humanos, esos son dos aspectos que nos van a ayudar a mejorar como sociedad. Con esa idea, Norma Martínez y yo fundamos Animalien, una generadora de contenidos escénicos con la que queremos producir obras que lleguen a los corazones de las personas y abran su mente. Necesitamos reflexionar más sobre temas como el amor, el perdón, la responsabilidad con el medio ambiente, la solidaridad y la conciencia del otro.

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