
Esta semana, Los Mirlos hicieron historia. La agrupación musical alzó, por primera vez, una bandera peruana en el escenario de Coachella, uno de los festivales de música más influyentes del mundo. Sobre su tarima, han desfilado nombres como Lady Gaga, Prince o Beyoncé...y ahora, Los Mirlos. La noticia ha impactado la escena musical local, y se traslada también a la moda. Y es que la agrupación ha elegido a la comunidad Shipibo-Konibo para diseñar la vestimenta que usarán en su segunda presentación en el festival. Un hito que pondrá a la cosmovisión y el arte indígena ante los ojos del mundo.
DE CANTAGALLO AL MUNDO
La comunidad indígena Shipibo-Konibo de Cantagallo —recientemente reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación— está detrás de esta propuesta. Se trata del único grupo humano de esta comunidad asentado en Lima, entre la sombra del cerro San Cristóbal y el rumor del río Rímac. Se reinstalaron allí en el 2019, luego de una serie de incumplimientos por parte del Estado tras el incendio que devastó 430 de sus viviendas en el 2016.
Desde entonces, la comunidad ha buscado renacer de las cenizas a través de su cultura y manteniendo viva sus tradiciones ancestrales, como el kené. Reconocido desde el 2008 como patrimonio cultural del Perú, el arte Kené es la máxima expresión de la comunidad Shipibo-Konibo. En sus diseños y tramas, se esconden los secretos de las plantas, los ríos, los animales y la vida en sí misma.
La colección que lucirán Los Mirlos nace de ese saber ancestral. Se trata de una línea de camisas y pulseras que incorporan el estilo xao kené, un patrón inspirado en los huesos de peces —esenciales en la dieta ancestral amazónica—. Este diseño es más grande y llamativo que otros, por lo que tiene una potencia increíble en el escenario.
“Las camisas llevan el estilo xao kené, y tienen una onda retro inspirada en los años setentas, haciendo honor a los inicios de la banda”, comenta Alessandra Durand, fundadora de Kené Kaya, marca involucrada en la alianza.
Durand inició a trabajar con la comunidad de Cantagallo en el año 2020, con el objetivo de impulsar su desarrollo económico y visibilizar su arte en nuevos espacios locales e internacionales. A través de Kené Kaya, su marca de moda y empresa social, promueve un modelo de colaboración horizontal y ética con comunidades indígenas. Esta colección es el resultado de una alianza entre Kené Kaya, Los Mirlos y la Asociación de Madres Artesanas Shinan Imabo, ubicada en Cantagallo.
“Los Mirlos son el primer grupo peruano que es parte del programa del festival y como ellos son de la selva, Don Jorge siendo de Moyobamba, siempre han apoyado a las culturas amazónicas. Entonces, pensé que era al oportunidad perfecta para visibilizar este arte ancestral en un escenario global como lo es Coachella”, comenta Durand.

El resultado es una colección única que evidencia la historia, cultura e identidad cultural del pueblo Shipibo-Konibo. La confección de las prendas ha sido hecha en tiempo récord, tan solo en dos semanas, y ha estado a cargo de cuatro mujeres de la comunidad, entre ellas Olinda Silvano.
La artista y lideresa Shipiba ha estado a cargo del diseño junto a Durand, buscando exponer el estilo xao kené tanto en las camisas como en las pulseras. Además, Silvano fue quien seleccionó a las artesanas participantes basándose en criterios de necesidad y resiliencia. Eligió a tres generaciones de mujeres —abuela, madre e hija— para crear los las pulseras que usará la banda, en un gesto profundo de transmisión cultural.
“Estoy muy emocionada y sorprendida de que reconozcan mi talento. Eso significa mucho para mí, sobre todo porque están mostrando un pedacito de mi cultura en un escenario global en California”, cuenta Juana Reátegui Silva, una de las artesanas participantes.
Las prendas aún no han sido reveladas públicamente: se guardan como secreto hasta este viernes, cuando por fin verán la luz en el escenario californiano.
“Llevar nuestra cultura amazónica y el arte hecho con amor por las madres artesanas de Cantagallo hasta un escenario como Coachella es un sueño hecho realidad. Es compartir el alma de nuestra tierra con el mundo”, comenta Jorge Rodríguez Grández, fundador de Los Mirlos.

Preservar el arte Kené
En los últimos meses, el arte kené ha empezado a ocupar más espacio en la conversación global de moda. Su potencia cultural y visual lo ha hecho popular, con casos históricos como la colaboración entre la artista Shipibo-Konibo, Sara Flores, y la casa Dior, y otros no tan positivos como la polémica que protagonizó la diseñadora Anís Samanez, hace unos meses.
Lo cierto es que visibilizar este saber ancestral y protegerlo es una prioridad en el escenario actual. Alessandra Durand lo tiene claro. “Para entablar colaboraciones justas con comunidades indígenas hay que tener en cuenta algunas cosas. El pago justo es lo mínimo —explica—. De ahí, hay que establecer una co-creación muy horizontal, donde ambas partes intercambian conocimientos para crear el producto, y, finalmente, es vital entender las necesidades de la comunidad. Eso es, al final, lo más importante de una colaboración”.

En los últimos años, Durand —a través de su empresa Kene Kayá— ha invertido en programas de salud y educación en beneficio a la comunidad de Cantagallo. Además, ha creado alianzas con ONG como Comunidad Perú para seguir apoyando al desarrollo sostenible de la comunidad. En un país donde la sostenibilidad muchas veces se limita a la elección de materiales, Durand propone un enfoque más amplio: “No solo es lo material, también es lo económico y lo cultural”.
Por eso, lo que sucederá este viernes en Coachella va mucho más allá de la música y la moda. El hecho de que el arte kené —nacido en las riberas del Ucayali— llegue a uno de los escenarios más grandes del mundo, representa un momento de inflexión. Y es, sobre todo, una oportunidad para que el mundo mire al Perú no solo como un país de historia, sino de futuro.