Lorena Salmón: "La antimoda se puso de moda"
Lorena Salmón: "La antimoda se puso de moda"
Redacción EC

A lo que necesitamos llegar. Tiene que venir un colectivo de tendencias para ponerle nombre y en vitrina a un fenómeno que siempre estuvo de moda: el hecho de ser normal.

¿A qué me refiero? Pues si hasta esta mañana de domingo no han tenido ningún tipo de familiaridad con el término Normcore, los invito a seguir leyendo. Resulta que K Hole, colectivo de tendencias neyorquino (sí, aquellos que se encargan de analizar el comportamiento del consumidor de la calle, qué está y qué se pondrá de moda) creó el término para definir la nueva tendencia fashion: vestirse normal.

¿Y qué cosa será vestirse normal? Aquí algunas pistas. Si ustedes son hijos de los años 80, entenderán o visualizarán mejor a qué se refiere con «normal». Simplemente hagamos el trabajo de recordar la estética de la mejor serie cómica del mundo, “Seinfeld”. Sí, si bien ha sido el personaje de “Seinfeld” el elegido como el ícono del movimiento Normcore, yo incluiría a todos los miembros de la serie como -dignos- representantes.

¿Una mejor idea del look? Sigamos visualizando. ¿Qué tal si recordamos otra serie increíblemente famosa y divertida como “Matrimonio con hijos”? Bud Bundy es otro increíble representante del Normcore.

De pronto para ustedes, no hay mucho en común y se preguntarán: ¿qué tienen de parecido ambos personajes? Pues mucho: lo corriente de sus looks, polos de algodón, jeans clásicos, zapatillas deportivas y alguno que otro accesorio como una gorra de béisbol.

La idea básica es pasar completamente desapercibido. Las calles ya tienen demasiado show ambulante, gracias a todos los que van en dirección opuesta al Normcore. Allá aquellos que se visten para llamar la atención y se toman fotos de ellos mismos como locos.

Aquí la cosa es simple. Es querer adoptar lo común como una nueva manera de ser cool, en vez de buscar la diferencia. Por lo tanto, el look representativo es el anti-look. Pienso en cualquier turista americano en la Plaza de Armas. Polo de algodón, short, canguro y zapatillas con medias blancas altas. Tal cual.

La verdadera revolución de este movimiento en realidad es ir en contra de la locura fashion que te impone convertirte en un desfile de tendencia. Si no, no sales en la foto, querida.

Lo curioso de esta antimoda es que coquetea con su muerte desde el nacimiento, porque si bien se alzó como una respuesta contra el arbitrario mundo de las tendencias, cada día gana más y más adeptos. Hasta diseñadores y marcas han optado por subirse al coche de la antimoda. De ahí que hayamos visto como una avalancha de zombies, resucitar a los moms jeans (los jeans grandes con pliegues que usaban nuestras madres); a las sandalias Brickstone (de lo más feo que el mercado sacó), a los sweaters polares a lo North Face y a las zapatillas deportivas de New Balance. Todos elementos claves de la tendencia.

Tomen nota, si quieren seguirla. Total, nadie volteará a mirarlos.

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