¿Quién manda a quién?
Uno de los retos más comunes se presenta cuando el perro jala demasiado. Hay perros que en lugar de caminar, solo quieren correr. ¿Qué hacer entonces? Corre con él. Si no puedes seguirle el ritmo, usa patines, patineta o una bicicleta. La idea es que queme suficiente energía para que cuando esté más calmado, pueda caminar tranquilo y seguir instrucciones.
Los perros aprenden rápido que la correa ajustada significa “a jalar” y que la tensión que sienten en sus cuellos es la marca para caminar. La meta es que aprendan a que jalar no los llevará a ningún sitio. Así que otro truco que te ayudará la próxima vez que tire de su correa, es dejar de caminar y hacerlo cada vez que jale. Una vez que él voltee a mirarte o se aproxime, dale un premio cuando esté cerca de ti y sigue caminando. Pronto entenderá que caminar a tu lado es el lugar más privilegiado.
Cuando la nariz manda
¿Te da la impresión de que lo único que hace tu perro cuando sale a caminar es oler, oler y oler? Una forma de dosificar la dosis de olfateo en la calle es manteniendo la correa corta más no ajustada, eso hará que tu mascota mantenga la cabeza en alto. Por tu parte, mantén una energía positiva y calmada sin perder el foco en tu destino. Luego permite que tu perro haga breves paradas para explorar y hacer sus necesidades. Estos espacios serán su recompensa por seguir a quien lo pasea en lugar de seguir su nariz en exceso.
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Se niega a caminar
Un comportamiento tan común como odioso es cuando tu perro decide echar raíces en plena caminata. Por más que lo animes a seguir, sus patas no se van a mover, peor aún si se trata de un perro grande.
Si notas que el motivo puede ser dolor, calor excesivo o alguna condición de salud, atiéndelo y de ser necesario, llévalo al veterinario. De lo contrario, hay herramientas para reactivar el paso sin usar un remolque. Puedes jalar la correa de lado a lado hasta que se mueva. Si se vuelve a detener, aplicar la misma estrategia hasta que capte el mensaje.
¿No le interesa pasear?
Éste es un problema muy común entre los cachorros, muchos prefieren sentarse, echarse o juguetear. Una forma de animarlo a salir es cargándolo y llevándolo a la calle, así de simple. Volver a casa será su máxima motivación, pero finalmente lograrás que camine.
De ser un perro adulto, asegúrate de que no hayan problemas de salud de por medio. De no ser el caso, puedes usar galletas, juguetes o algo que incentive a tu perro. Ellos funcionan muy bien con la motivación y el estímulo positivo.
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Si tiende a asustar a otros
¿Eres de las personas que se ven forzadas a cambiar de ruta o de vereda por querer evitar que tu perro se lance encima de otros perros, incluso personas, que se cruzan su camino? Aquí la clave es corregirlo, pero hacerlo con carácter, y debe de ser rápido e inmediato.
Una buena forma de saber si estás haciéndolo bien es viéndote hacerlo, así que pide ayuda y haz un video mientras corriges a tu perro, el lenguaje corporal y los tiempos son clave. En ocasiones uno empieza a reaccionar antes de que el perro lo haga y esto podría estar causando el problema.
Si no tienes claro cómo corregirlo o te quedó alguna duda sobre alguno de los consejos que compartimos en esta nota, consulta con un especialista en comportamiento canino. Recuerda que una mascota educada y equilibrada dará menos motivos para ser abandonada.
* Parte de la información usada para esta nota fue obtenida del portal cesarsway.com