De acuerdo con la mayoría de veterinarios, un perro pasa a la categoría de ‘tercera edad’ alrededor de los 7 años de edad. Sin embargo, el tamaño del animal determinará qué tan rápido envejece; los perros más pequeños suelen madurar más lento, mientras que los perros grandes alcanzan la vejez más rápido.
En todo el mundo, las perreras, albergues y refugios de animales están repletos de perros adultos en perfecto estado de salud esperando a una persona o familia que los quiera bien. Muchos de estos perros nunca tuvieron la oportunidad de conocer un hogar, mientras que otros después de años de tener uno, fueron abandonados por distintos motivos, principalmente por su edad.
Si estás buscando sumar un perro a tu familia y eliges adoptarlo, considera darle la oportunidad a un perro adulto. Con todo y hocicos blancos, ojos chorreados y lento andar, estos animales son considerados excelentes mascotas y merecen una oportunidad. A continuación, siete razones que refuerzan dicha afirmación. Los perros adultos de los albergues necesitan un hogar tanto como los perros más jóvenes.
Muchos perros de la tercera edad alguna vez fueron amados por alguien. Por alguna razón, terminaron en un canil tras una puerta de rejas, pero ello no significa que sean perros agresivos o mal educados. Ellos pueden ser tan adorables, bien portados y leales como los más pequeños. Adoptar un perro adulto puede salvar su vida.
La mayoría de personas ni siquiera se detiene a observar a los viejitos de la perrera o el albergue, solo buscan cachorritos o perros menores de un año, sin pensar que los adultos son los primeros en la lista de la eutanasia. Debido a la sobrepoblación que viven la mayoría de estos lugares, los adultos suelen ser los primeros en ser sacrificados, sin importar lo dóciles, educados o cariñosos que sean. Un perro adulto en un albergue o perrera no necesariamente es un perro con problemas.
Los perros de avanzada edad son abandonados por distintos motivos y normalmente ninguno tiene que ver con temas de temperamento o comportamiento, sino más bien con que el dueño ya no puede mantenerlo. Los principales motivos de abandono son: se apagó la emoción de tener un perro, un bebe llegó a casa, pérdida del trabajo, mudanza, cambios en el horario, entre otros cambios de estilo de vida. Generalmente los perros adultos ya están entrenados y entienden comandos básicos.
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La maravilla de recibir un perro adulto en casa es que suelen venir entrenados para hacer sus necesidades en el patio, el jardín o la calle, un ‘plus’ para quienes viven en departamento. Otro lenguaje que suelen entender es el ‘ven’, ‘siéntate’ y ‘quédate ahí’. Adoptar a un perro adulto y entrenado te ahorrará tiempo, dolores de cabeza y muchos utensilios de limpieza. Si bien está viejo, todavía puede aprender trucos.
Los perros pueden ser entrenados a cualquier edad y son tan inteligentes como los jovencitos. De hecho los perros adultos prestan más atención que los cachorritos, lo cual hace más fácil el proceso. Los perros adultos son más tranquilos.
Un perro mayor de 7 años ya estableció su forma de ser y temperamento, lo cual te da una idea de cuan perfecto puede calzar en tu casa, tu horario y con los miembros de tu familia. Por otro lado, pese a tener todos sus dientes, ya no tienen las ganas de derrochar su exceso de energía en tus muebles o tus zapatos, lo cual se traduce en menos destrucción. La mayoría se llevan muy bien con los niños pues, posiblemente han pasado sus primeros años con personas de distintas edades. Los perros adultos son compañeros instantáneos.
A diferencia de los cachorros, los que requieren de entrenamiento para caminar con correa, para que hagan sus necesidades en un lugar determinado y para que solo mastiquen su comida y sus juguetes, los perros adultos normalmente ya saben cómo caminar y cómo atrapar una pelota. Un perro adulto se puede convertir en una extraordinario compañero de vida, al menos los años que le quedan. Al final, es calidad, no cantidad ¿no?
*Esta nota fue realizada con información de la página de Internet www.cesarsway.com