Por Andrea Carrión / WUF
Ellos pasan sus días esperando a que detrás del timbre o del golpe en la puerta, se encuentre la persona, la pareja o la familia que los adopte para llevarlos a su nuevo hogar. Y mientras eso sucede, estos perros rescatados se alegran con cualquier visita, especialmente si se trata de personas que los llenarán de besos, abrazos y que los sacarán a pasear, al menos por unas horas.
Ayer los 55 perros que viven de manera temporal en el albergue Wasi wau recibieron la visita de 10 voluntarias de WUF, una asociación sin fines de lucro que busca generar consciencia sobre la realidad de los perros abandonados en el Perú y que ofrece las herramientas necesarias para combatir el problema y así hacer de la adopción la mejor alternativa.
Dentro de poco Wasi wau cumplirá un año de haber sido inaugurado. Comenzaron con cinco perros, todos rescatados de situaciones extremas. Los primeros meses sus fundadores y actuales directores Camila Lucioni, Gonzalo Sandaza y Fiorella Lanatta recibieron el apoyo de muchos amigos y familiares que donaron sus horas para construir caniles, levantar rejas y armar casitas para perro.
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“Hemos tenido muchos voluntarios que fueron una o dos veces y estamos muy agradecidos con ellos, pero la verdad es que sí necesitamos más gente comprometida porque éste es un trabajo a largo plazo. De hecho nos encantaría que vayan más grupos, los perros necesitan más que nada salir y socializar”, señaló Lucioni, quien está haciendo un buen trabajo para darle calidad de vida a estos perros que suelen correr libremente por el jardín, mientras otros sí necesitan mayor restricción y control.
Ayer, además de correr lejos de sus jaulas y de jugar con las voluntarias, un grupo de perros salió de paseo junto al Río Cieneguilla bajo la guía de Richard Salas, encargado de atender cada una de las necesidades de quienes considera sus hijos putativos. Algunos se revolcaron en la tierra, otros se zambulleron hasta las orejas. El éxtasis fue contagioso.
Este tipo de actividades, según señalan los expertos en conducta y salud animal, ayuda a equilibrarlos y liberarlos del típico estrés que viven los perros de albergue.
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Para la médico veterinario Carolina Taboada, fiel promotora de la tenencia responsable y de la adopción de mascotas, el paseo y la actividad entre perros y personas contribuye a minimizar los factores que pueden contribuir con el abandono del animal.
“Al correr libremente, los perros descargan energía, reducen el nivel de ansiedad y estrés, por lo que también se reduce la incidencia de problemas de comportamiento”, asegura Taboada, poniendo énfasis en que un animal educado y equilibrado tendrá mejor oportunidades de ser adoptado.
La Dra Erika Gogin, médico veterinario de la Municipalidad de San Isidro, agrega que lo recomendable para todo perro en edad activa es que salga al menos 40 minutos al día.
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Es la tercera vez que WUF organiza un día de voluntariado para ayudar con las labores de un albergue. Hace un par de meses cerca de 20 jóvenes estudiantes visitaron el albergue Voz Animal y ayudaron con la socialización y el paseo de los 60 perros que se albergan ahí. Y a inicios de marzo, otro grupo de voluntarias visitó el albergue Vida Digna y ayudó con el peinado y aseo de sus casi 80 perros, la mayoría de ellos disponibles para adopción.
“Yo no puedo tener mascotas en casa porque donde vivo no lo permiten. Me encantaría adoptar un perro, hacerme mamá responsable de una mascota de la calle en lugar de comprarlo, pero como aún no puedo, entonces ayudo entregando cariño a quienes más lo necesitan a través de organizaciones serias como WUF”, comentó Gleidy Granadino, una de las voluntarias que llegó desde de San Borja. “Hemos regresado cansadas y cochinas, pero felices. Ver esas colas y casi sonrisa que tienen en su rostro hace que todo valga la pena”.
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