Este fin de semana, Voz Animal se convirtió en el primer albergue de perros en ser beneficiado por el programa de voluntariado de WUF.
Cerca de 20 personas, chicas jóvenes en su mayoría, cambiaron un sábado de remoloneo hasta tarde por madrugar para llenarse de lengüetazos y abrazos perrunos. Todos ellos donaron medio día a cerca de 60 perros que los recibieron entre ladridos de entusiasmo e imparables colitas de felicidad.
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Días atrás este programa había sido lanzado en el Hotel Casa Andina ante unas 100 personas ansiosas por darle algún sentido a la inmensa pasión que sienten por los animales.
“Hace tiempo que quería hacer algo como esto, pero nunca supe cómo. Cuando me hablaron de WUF y vi lo organizados que están, pues me animé”, comentó Antonella Barzotti de 22 años mientras acariciaba a uno de los perros que vive en este albergue. “De chica siempre recogía animalitos y les buscaba familia entre los vecinos, es algo que…”, la voluntaria se queda sin habla luego de que el perro que tiene en brazos la “ataca” a besos.
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La primera hora de visita sirvió para que los voluntarios se familiarizaran no sólo con los perros sino también para que conozcan de cerca las instalaciones, el funcionamiento y las necesidades de un albergue como éste.
Luego de acariciar pancitas como la de la tierna Anuka, de tirarle la bola a entusiastas como Manchas y de juguetear con Angelita, cada persona agarró correa, eligió un perro y salieron en manada para dar una vuelta por el vecindario.
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Según contó David Nube, quien se encarga del cuidado diario de los perros en el albergue de Voz Animal, con todas las actividades que debe de cumplir como alimentarlos, limpiar los patios y los caniles, entre otros, apenas tiene tiempo de pasear cuatro o cinco perros al día. Por eso la llegada de voluntarios siempre es un gran apoyo.
“A pesar de que aquí están bien cuidados y que tienen un espacio grande para moverse, correr y jugar, es importante que los perros salgan a la calle a pasear y que vean otros espacios para distraerse y así poder liberar el estrés. De esa manera se mantienen pacíficos y sociables”, comentó Nube. “Imagínate estar encerrados un mes, vamos a estar reventando, malhumorados, en cambio al salir y pasear, liberas estrés. Lo mismo pasa con ellos”, añadió.
Voz Animal nació hace 3 años y su albergue ya tiene 2 años en funcionamiento. De acuerdo con los datos que publican periódicamente en su página de Internet, a la fecha 414 perros han sido adoptados, se han realizado 1,674 esterilizaciones y cuentan con 12 voluntarios fijos.
Frances Wakeham, co fundadora de Voz Animal, contó que así como este sábado recibieron a los voluntarios de WUF, también cuentan con el apoyo de estudiantes y miembros de otros grupos que donan sus horas para pasear y socializar con los perros.
Sandra Mendieta, también co fundadora de Voz Animal, añadió que desde que van voluntarios, muchos perros que antes eran tímidos e inseguros han mejorado en su carácter.
“Los que eran territoriales han disminuido ese rasgo y ya no se pelean. También, los perros que estaban estresados han mejorado en su comportamiento y han dejado de ser destructores”, comentó.
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Para Micaela Vizquerra, ejecutiva de operaciones de WUF y directora del programa de voluntarios, el voluntario es pieza clave en cualquier trabajo social y los perros en busca de un hogar no son la excepción. Ella no solo coordina las actividades, también educa a los voluntarios sobre lo que deben y no deben hacer durante una visita, y sobre el impacto que esto tiene en los animales.
“Todos los perros de albergue necesitan familiarizarse con el paseo y también a estar en contacto con los humanos”, dijo Vizquerra.
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El voluntariado WUF ya tiene actividades programadas en el resto de sus albergues afiliados; Milagros Perrunos, Vida Digna, Voz Animal, Amor y Rescate, Salma y 4 Patas 1 Corazón. Dichas actividades han sido definidas en función de las necesidades de cada uno de ellos, que pasan desde sesiones de juego hasta la realización de baños, limpieza, inventario de fármacos, construcción de casas, entre otros. Se realizarán las convocatorias con la anticipación necesaria de tal forma que todos sus voluntarios puedan participar.
“Estos perros necesitan tanto amor”, dijo Joselyn Gonzales, voluntaria de WUF y estudiante del instituto Toulouse Lautrec. “Yo tengo dos perros y siempre he estado en contacto con este ambiente porque mi tía rescata perro, gato, lo que encuentre, y sé que les hace mucha falta estar con gente que los cuida y los trata bien”.