Juan Carlos Ramírez y Maria José Rubio junto a sus mascotas Lupe, Pug de 3 años 7 meses, y Bruna, cruce de Bulldog de 2 a 3 años, aproximadamente.
Juan Carlos Ramírez y Maria José Rubio junto a sus mascotas Lupe, Pug de 3 años 7 meses, y Bruna, cruce de Bulldog de 2 a 3 años, aproximadamente.
Andrea Carrión

María José Rubio y Juan Carlos Ramírez estaban preparados para observar conductas en su nueva perrita a las que no estaban acostumbrados, pero lo que vieron desde el primer encuentro los confundió más de lo que pudieron imaginar.

El primer día en que llegó a su nuevo hogar, después de oler varios rincones del departamento de María José y Juan Carlos, Bruna estrenó el piso e inmediatamente después volteó a tomarse su propia pila, algo que un perro sano, bien criado y educado no suele hacer.

Esto les preocupó. Automáticamente se dieron cuenta que tendrían harto trabajo que hacer con esta pequeña cruce de Bulldog, pero lo que vieron a lo largo de los siguientes días les partió el alma.

“Cuando le querías hacer cariño, ella se agachaba asustada; cuando le servíamos la comida, ella se acercaba tímida y temerosa; y si le dabas un juguete para que juegue, solo lo miraba y se iba, no sabía jugar”, recuerda María José.

A esto se sumaron una serie de alergias que debieron tratar con comida especial e inyecciones durante un mes.

Bruna ya lleva 7 meses viviendo como una hija más de María José y Juan Carlos. La adoptaron el xx de enero.
Bruna ya lleva 7 meses viviendo como una hija más de María José y Juan Carlos. La adoptaron el xx de enero.

La historia de Bruna se repite con demasiada frecuencia, no solo en el Perú sino en todo el mundo. Ella fue rescatada de un criadero que la explotó para dar crías que, posiblemente, fueron vendidas en alguna tienda de mascotas.

Todo empezó un día que a María José le llamaron la atención las fotos de una Bulldog en Facebook, en una publicación hecha por Yuliana Silvera, muy activa buscando hogares adoptivos para mascotas. Era Bruna y se anunciaba como “Bulldog hembra en adopción responsable”, además se pedía seriedad por las condiciones en las que había vivido hasta ese momento de su vida.

“La chica nos contó que había sido rescatada de un criadero. La esterilizaron y los veterinarios que la atendieron calcularon que había tenido 3 camadas de crías en apenas 2 o 3 años de edad, que es la edad que se le calcula... No sabes cómo le colgaban sus tetitas cuando la conocimos”, comenta María José. “Cuando la abrieron para operarla, encontraron que sus órganos eran una maraña. Además de esterilizarla, tuvieron que reacomodarla por dentro y una de las secuelas es que tiene una leve incontinencia urinaria”.

Esta fue la publicación que conmovió a María José y Juan Carlos.
Esta fue la publicación que conmovió a María José y Juan Carlos.

Mientras lees este artículo, millones de animales destinados a ser vendidos como mascotas, sufren el abuso de criaderos irresponsables cuyo único objetivo es reproducirlos sin cesar para luego cobrar cientos de dólares por sus crías en las tiendas o en la calle, sin garantías de buena salud.

Un reportaje especial de la revista Rolling Stone titulado “”, publicado este año, detalla con escalofriante detalle las espantosas condiciones en las que miles de criadores irresponsables mantienen y reproducen a sus perros.

Que mantienen enjaulados a los perros padre y madre lo que duran sus vidas es solo una parte, a eso se suman Schnauzers, Yorkies, Boston Terriers, Beagles, Malteses, Poodles y otras decenas de populares razas viviendo en inmundicia, enfermedad, inanición, hacinamiento, pulgas, garrapatas y temperaturas extremas.

El redactor Paul Solotaroff, miembro de la ONG Humane Society de los Estados Unidos (HSUS), contagia lo angustiante que fue para él participar del rescate de 105 perros de un criadero en Carolina del Norte, EE.UU. Menciona cómo se encontraron a varios perros adultos -usados para procrear- ciegos por las cataratas, sin dientes, con su pelaje tapado de nudos y heces, cojos por caminar permanentemente sobre rejas y en penumbra. Los llantos y aullidos era lo más desgarrador.

“Cuando compras un perro de una tienda de mascotas, lo más probable es que te estés llevando un cachorro que proviene de este tipo de sufrimiento”, comenta John Goodwin, director de la Campaña de Criaderos para HSUS.

Poco a poco, con paciencia y buen humor, Juan Carlos y María José han logrado que Bruna se sienta en casa.
Poco a poco, con paciencia y buen humor, Juan Carlos y María José han logrado que Bruna se sienta en casa.

Consultada sobre el comportamiento de Bruna cuando se tomó su propia orina, la peruana Micaela Vizquerra, médico veterinaria y jefe de operaciones y veterinaria de la asociación , dijo que éste es un problema constante con animales que vienen de criaderos que no velan por su bienestar físico ni emocional.

“Cuando los perros son de malos criaderos, que son la mayoría, los perros están encerrados mucho tiempo sin agua y sin comida, entonces agarran esa mala costumbre de comerse sus propias heces y tomarse su propia pila al no encontrar otra fuente de alimento”, explica Vizquerra.

María José y Juan Carlos no entendieron por qué Bruna había actuado así, pero al decirle ‘no’, girarla, alejarla de su orina y darle agua limpia, Bruna empezó a entender que nunca más tendría que calmar su sed con su propia pila.

“Aprende rápido. Pese a los traumas que trajo, ha ido superándolos. Hoy el contacto humano ya no la asusta y ha aprendido a entretenerse con sus juguetes... es bien inteligente”, comenta Juan Carlos.

“Fue muy lindo verla descubrir los juguetes, ahora se queda horas de horas masticándolos”, agrega María José. “Y en cuanto a la comida, ahora basta que saquemos el taper y se nos trepa, las babas se le caen por todos lados”.

Bruna pasó de ser una perrita temerosa a liberarse de su caparazón y mostrar lo cariñosa que es.
Bruna pasó de ser una perrita temerosa a liberarse de su caparazón y mostrar lo cariñosa que es.

A diferencia de años atrás, hoy existe más gente dispuesta a adoptar una mascota en lugar de comprarla. Claro que en ocasiones la persona o familia adoptante no se acostumbra al animal o no tiene paciencia para esperar a que éste se adapte a su nuevo hogar. No es el caso de Bruna.

“Sea con ella o con otro perro, es imposible que la devolvamos. A veces nos despierta llorando y no tenemos idea de qué le pasa, otras veces te busca ladrando y no sabes si quiere agua, comida o algo más. Sin duda, mi vida sin Bruna sería mucho más sencilla y tranquila, pero ¿sabes qué? Ya no podemos estar sin ella, los momentos bonitos pesan mucho más. Cuando te pide cariño y te mira, y juguetea, es demasiado linda. Después de eso ya qué importa que se haga la pila, lo limpias pues, ya aprenderá, paciencia no más.”, asegura María José.

“Nuestra vida sería menos bonita”, agrega Juan Carlos. “Incluso con Lupe, nuestra Pug, fue súper fácil la adaptación. Al principio hubo algo de celos, pero jamás una bronca. Ahora se acompañan mucho”.

Lupe y Bruna cada vez más unidas, especialmente cuando hay sol de por medio.
Lupe y Bruna cada vez más unidas, especialmente cuando hay sol de por medio.

Con Bruna y Lupe, de raza Pug y 3 años y 7 meses de edad, esta joven pareja está viviendo la experiencia de vivir con un perro comprado y otro adoptado, y esto les ha hecho ver la controversia de compra vs. adopción desde un ángulo particular.

“Cuando me dicen ‘no compres, adopta’, pienso ‘¿Qué hubiese pasado si no hubiera comprado a Lupe? ¿O si nadie la hubiera comprado? ¿Qué sería de ella? Tal vez la hubiesen cruzado para que tenga más crías y venderlas, tal vez la hubieran explotado como hicieron con Bruna. Todos los perritos necesitan un buen hogar y si decides comprarlo, solo es cuestión de verificar qué venga de un criadero responsable”, dice María José.

Para Juan Carlos, un perro, sea cual sea, te cambia la vida 180 grados, sumados todos los beneficios que tiene adoptar uno.

“Lo importante es tener un perro, tiene muchas cosas positivas, y no solo en plan entretenimiento sino también en responsabilidades que puedes asumir, hasta te puede ayudar con tus hijos. Y si decides adoptar, pues eso tiene muchísimos beneficios, tanto para el perro como para uno mismo y para la sociedad”, agrega Juan Carlos.

Bruna llegó un viernes para darle un nuevo sentido a la vida de esta joven familia.
Bruna llegó un viernes para darle un nuevo sentido a la vida de esta joven familia.



* WUF es una asociación sin fines de lucro que promueve la adopción de perros y la tenencia responsable de mascotas. A través de esta página, compartimos información que contribuya a esta misión, a reducir el abandono, el maltrato y a tener una ciudad con cada vez menos perros en las calles.


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