Nadie sabe qué pasó con él; si fue atropellado, si algún anormal lo agarró a palazos o si se cayó del segundo piso de su anterior casa. Ni las personas que lo rescataron ni quienes lo terminaron adoptando, saben por qué este perro cruce con Beagle camina a medias y la verdad es que a nadie le importa, mucho menos al perro.
Hace poco más de 4 años a Gisella López le llamó la atención una publicación en Facebook que tenía la foto de lo que, a primera vista, identificó como un perro de raza Beagle. En el texto se hacía un llamado a cualquier interesado en adoptarlo y como ella había estado hablando con su esposo Juan Novoa sobre tener una mascota, le compartió el ‘post’.
Lo que siguió fue la visita de las rescatistas a su departamento y la llegada de Bam Bam. Así se llamaba el perrito originalmente, nombre que automáticamente cambió a Harrison, por George Harrison (Los Beatles).
Gisella sabía que el perro tenía problemas con sus patas, así se lo habían comentado Lucía Moreno y Gabriela Aréstegui. Fueron ellas quienes el 16 de diciembre del 2015 lo encontraron acurrucado a un lado de una calle en Surco, aunque las patas no era la principal preocupación de esta nueva familia.
“Mi mayor temor era que se orinara y se hiciera todo aquí en el departamento. Pero nada, vino educado, es la ventaja de adoptar perros adultos”, comenta Gisella.
Juan se acuerda bien que fue un domingo cuando llegó Harri, así lo llaman de cariño.
“El pobre lloró dos horas frente a la puerta, hasta que se nos ocurrió salir a comprar pollo a la brasa pensando que eso podría calmarlo y funcionó”, recuerda Juan.
De Harri solo saben que alguien lo encontró tirado y doblado sobre un jardincito en plena calle. Fue llevado a un veterinario y pasó varios días en un hogar temporal esperando a que alguien lo reclamara. Y como nadie lo hizo y no había quién se ocupara de él, le buscaron una familia que lo adoptara.
Harri solo camina con sus dos patas izquierdas. La delantera derecha la tiene recogida porque está fracturada en tres partes y la trasera derecha permanece extendida, no la flexiona debido a un callo.
“Al principio sí impresionaba un poco porque saltaba como un cangurito, siempre apoyándose en la pared. Y es que cuando llegó, la pata trasera (la que no dobla) estaba delgadísima, prácticamente le colgaba, lo que le dificultaba mucho hacer sus necesidades. Hasta que lo operamos y mejoró mucho. No se ha logrado que la doble, pero al menos la usa de apoyo. Igual él ni cuenta que solo tiene dos patas funcionales y una tercera que usa como si fuera su bastón. Es increíble este perrito”, dice Gisella.
Harri no solo es educado y se moviliza con cuasi normalidad, además ha resultado ser un excelente hermano mayor para Leonardo, el hijo de Gisella y Juan. Nació hace un año y medio de edad, y criarlo con un perro ha sido muy positivo para todos.
“Cuando nació el bebe hubo gente que empezó a cuestionar la presencia de Harri en la casa. Hasta llegaron a sugerir que lo lleváramos a otro sitio; que los pelos, que las bacterias, que si lo muerde, etc. Por supuesto nos entraba por acá y nos salía por allá. Solo nos encargamos de hablar bien con el pediatra y con el veterinario, y nunca hubo problema. Incluso el bebe ha creado muy buenas defensas, nunca se nos ha enfermado”, comenta Juan.
Es grande el aprendizaje que Gisella y Juan han adquirido gracias a Harri. Además de descubrir los beneficios de adoptar una mascota, que sea adulta y que puedan criar a su hijo con un animal en casa, esta pareja de periodistas han podido comprobar de cerca y a diario –y lo siguen haciendo- que pese a las dificultades, la vida sigue.
“Harri llegó en un momento especial de nuestras vidas. Fue como una terapia y nos ayudó a superar un momento difícil. Tiene dos patas rotas, pero él sigue adelante como si fuera un perro normal. Claro que al principio hubo que tenerle paciencia, pero al toque nos hizo ver que podíamos hacernos cargo de él y que podíamos darle calidad de vida”, comenta Gisella.
“Es increíble cómo ellos dan todo y no les interesa que vivas en una casa grande o que seas alguien importante, solo les importa el cariño, el amor y la comida obvio (risas). Es un perro que se ha adaptado perfectamente y eso es lo que nos deja: que hay que aprender a adaptarse a las dificultades”, agrega.