ARTURO LEÓN @arturoleonf
Toni Kroos es el amo y señor de la medular del Bayern Múnich. Se para, levanta la cabeza y pasa. Se muestra y continúa hilvanando jugadas. Siempre está ahí, al lado de cada jugador para recibir y tocar. Es el volante ideal de este equipo de Guardiola. No solo asegura la posesión, hace jugar a todo el equipo. Lo mejor de todo es que tiene gol.
El alemán goza de una pegada con derecha prodigiosa. Sus remates no son potentes, necesariamente. Son colocados, muy bien ejecutados. Si no miren a Fabianski, incapaz de atajar un disparo suyo perfecto que se transformó en el primero del equipo bávaro ante el Arsenal por el partido de ida d los octavos de final de la Champions League.
Kroos fue el principal protagonista del encuentro, pero hubo actores secundarios que trascendieron en el juego. Özil es uno de ellos. El alemán no pudo transformar en gol un penal. El ex Real Madrid había protagonizado la jugada de la falta. Dentro del área tiró un regate imposible de leer por Boateng, quien lo derribó. Luego, frente a Neuer, disparó al medio y el golero del equipo bávaro sacó el balón con una mano, mostrando una destreza asombrosa.
Corrían siete minutos de la primera mitad y el cuadro de Wenger desperdiciaba una oportunidad clarísima. Pero no fue el único penal fallado de la jornada. Alaba, lateral izquierdo del Bayern, disparó directo al palo desde los doce pasos. Respiraba el Arsenal, respiraba el Emirates Stadium. Pero la felicidad no fue completa. Szczęsny se había ido expulsado por la jugada del penal por derribar a Robben dentro del área.
Con el encuentro así, comenzó el recital de Kroos y del Bayern. Si hay algo en lo que se parecen este equipo y el Barcelona que dirigía Pep, es lo bien que manejan la posesión. Los bávaros se cansaron de atacar por todos los costados, pero no sería hasta el minuto 88 que Müller conectó un buen cabezazo. En esa jugada, Pizarro, que había ingresado, jaló la marca y dejó solo al alemán.
La vuelta es el 11 de marzo, pero este Bayern parece imbatible, más en casa. El Arsenal careció de poder ofensivo, aun cuando estuvo con los 11 en la cancha. Los de Guardiola son claros favoritos para llevarse la Champions.
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