El nuevo campeón mundial de muay thai, Ian Escuza, cuenta sus inicios en el deporte tailandés y detalles del título en Bielorrusia. Nuestro compatriota está en lo más alto en el deporte de los codazos y rodillazos .
El nuevo campeón mundial de muay thai, Ian Escuza, cuenta sus inicios en el deporte tailandés y detalles del título en Bielorrusia. Nuestro compatriota está en lo más alto en el deporte de los codazos y rodillazos .
Redacción EC

Por: Kenyi Peña Andrade

El juez señaló que debía iniciarse el tercer round en Bielorrusia. Ian Escuza lucía cansado y con moretones en la cara. Los dos primeros asaltos fueron para el dueño de casa Raman Dounar. Ubicado en la esquina peruana, Rodrigo Jorquera le susurró algo a Ian. Entonces, nuestro compatriota empezó a dar múltiples patadas a su adversario, quien afirmó que no podía seguir. “Cuando lo vi sufriendo, supe que le dolía y podía ganar”, nos contó emocionado ahora que puede decir que es el nuevo campeón mundial de muay thai de la categoría de 67 kilos.


“Mi papá fue futbolista, y quiso que fuera lo mismo, pero le salí peleador. Jugué en Regatas, pero me dejó de gustar. Conocí el muay thai y me encantó la constancia que se debe tener. Si no entrenas un día, das ventaja”, nos narró Ian vía telefónica.

El ‘Principito’, como lo han apodado por la semejanza física al personaje literario, entendió que seguir los pasos de su progenitor estaba bien. Sin embargo, hoy con 23 años, comprendió que es mucho mejor arriesgarse para hacer lo que la pasión nos dicta.

—Nacido para pelear—
Parece haber sido ayer cuando los experimentados Jorquera, Frank Paredes y Renato Mancilla lo vieron en un rincón del gimnasio dándole rodillazos a un saco de arena. Fue ahí cuando todo comenzó.

“Unos amigos me dijeron para entrenar con ellos. Renato se me acercó a preguntarme si quería pelear en el campeonato nacional. Me aseguró que tenía condiciones”, cuenta el muchacho que estudia Negocios Internacionales por la mañana y por la tarde se viste de guerrero tailandés para entrenar.

“El campeonato en Bielorrusia duró una semana. Tuve que pelear cinco veces y fueron momentos intensos. Todo el tiempo invertido no podía ser en vano, por eso seguí”, nos expresa Ian, quien cuenta que muchas personas lo subestimaron. “Se ríen cuando les digo que me volví luchador”.

“El bielorruso –añade– estaba mejor en los primeros rounds. Pude reaccionar y le di vuelta. Apenas supe que había ganado, salté de alegría. Le dije a mis entrenadores que sí se pudo”, describió así Ian el momento final del combate.

Concluida la pelea, el juez llamó a Escuza para levantar su mano derecha, porque en la izquierda sujetaba fuerte la bandera peruana, y le puso la medalla de oro. Final perfecto. No más codazos, fue momento de aplaudir.

“Este es el primer sueño, faltan muchos más”, acota el ‘Principito’ que dio pelea para ser campeón mundial.

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