Telefonía móvil: un año con batallas más intensas y un caído

El 2017 no fue, definitivamente, un año aburrido para el sector de las telecomunicaciones. A pesar de la desaceleración económica vivida en los primeros meses del año, la intensidad competitiva en telefonía móvil no se tomó treguas y originó más de un sobresalto a lo largo del año.

El suceso más fuerte fue la salida de Virgin Mobile del mercado. El OMV (Operador Móvil Virtual) inició operaciones en julio del 2016 y se convirtió en el quinto competidor, pero el primero en usar una nueva estructura de costos: no monta su red sino que la alquila a un tercero. Esperaban cautivar al público joven, pero no lo consiguieron en las proporciones esperadas y vendieron su operación a Inkacel, quien tomó la posta pero cambió de giro: se enfocará en planes para los segmentos D y E.

Las razones para su salida se basan justamente en lo difícil que era competir en un entorno tan dinámico. A nivel de oferta los operadores han ido pasando de diversas ofertas comerciales agresivas que apuntan a un precio de acceso a Internet móvil a la baja.

La cúspide de estas intensas batallas se tuvo en el último trimestre, cuando surgió la oferta de todo ilimitado de Entel a la que respondieron rápido sus rivales. El problema de los operadores es que el regulador encontró problemas en la información proporcionada que inducían al engaño y prohibió la comercialización de los mismos. Subsanados los problemas informativos se siguió con la oferta, que se convirtió en uno de los atractivos de la campaña navideña, aunque no tuvo la misma fuerza que hubiera tenido si no hubieran habido las denuncias de publicidad engañosa. 

Todavía no están listos los balances de fin de año, pero hasta el tercer trimestre se tenía una idea clara de cuales son las tendencias y cómo le ha ido a cada operador. Movistar ha sido este año el menos favorecido - viene reportando pérdidas - mientras que Bitel y Entel juntos ya se acercan al 30% del mercado y no paran de crecer.

El 2018, no cabe duda, podría ser tanto o más intenso que el 2017, aún con ruido político de por medio, porque el uso del teléfono se ha vuelto en una necesidad de todos los estratos sociales y poco a poco se está volviendo también en la principal forma de acceder a Internet. 

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