‘Zury’ Valenzuela: “Quiero ser reconocido como el mejor en todo lugar al que vaya”

Yuri Valenzuela nos recibe en la ‘perrera’ de Breña, emblemática escuela de artes marciales mixtas (MMA), a pocos días de viajar a Cuenca, Ecuador, para enfrentar por el cinturón de peso mosca (57 kg) del Extreme MMA (EMMA) al local Danny Lincano, invicto en seis combates según la organización, tres de ellos registrados en Sherdog.

‘Zury’, de 30 años, es el vigente campeón del “300 Sparta” en la mencionada división de peso y uno de los alumnos más destacados de Héctor Iberico. En ocho años de experiencia ha conseguido 11 triunfos, seis de ellos de sumisión, cinco derrotas y dos empates.

–¿A qué aspiras en este momento de tu carrera?
A pelear todo lo que pueda, llegar a las grandes ligas y ser reconocido como el mejor peso mosca (57 kg) en todo lugar al que vaya a competir.

–Para muchos atletas peruanos, el objetivo es UFC, ¿sucede así en tu caso?
Yo aspiro a llegar a todos los eventos que se estén abriendo. Sé que en Rusia hay buenas organizaciones. Por ejemplo, el ACB, donde están cayendo muchos brasileños. Me interesa eso, aprovechar esos eventos.

–He notado que en tu Facebook sueles compartir mensajes de aliento y motivación, ¿es una forma de impulsarte a ti mismo a no abandonar este camino?
Yo creo mucho en la familia y en la lealtad. Sé que tengo seguidores, gente nueva que está entrando a la familia de ‘Los Perros Sarnosos’ y esos mensajes son para ellos. A veces no los veo durante el día. Pienso que es una manera de decirles que entreguen el 100% y que nunca se rindan.

–También sueles mencionar que sigues adelante a pesar de que “hay cero auspiciadores”, ¿es eso una protesta debido a la falta de apoyo?
Creo que no es una protesta para mi beneficio, sino para los que vienen detrás. Yo he aprendido que en este camino no estamos solo nosotros. Antes estuvo gente como Iván ‘Pitbull’ y Johnny Iwasaki, que hicieron historia y lograron mucho para nuestras MMA. Mi mensaje va para que quienes llegan detrás tengan mejores oportunidades. De eso se trata este deporte.

–Hay quienes dicen que las peleas de peso gallo no venden, ¿qué opinas al respecto?
Lamentablemente es así, pero todo depende de las organizaciones y de la difusión que den. Yo creo que en los 57 kg están los peleadores más rápidos y eso se demuestra en la UFC con Demetrious Johnson, que es uno de los peleadores más completos del mundo, y como él hay muchos más.

–El año pasado peleaste cuatro veces, pero dos de ellas en una categoría arriba (61 kg), ¿hay alguien en el Perú a quien piensas que te falta enfrentar?
Yo peleo con quien me pongan al frente. Considero que estamos peleando a la par con Brasil en los 57 kg. Pero volviendo a tu pregunta, yo no soy quién para decir contra quién debo pelear en el Perú. Creo que todos tienen talento, pero el que se ponga al frente tendrá mi trabajo encima. No cierro la puerta a pelear con nadie.

–Entre el 2013 y el 2014 tuviste una racha de tres derrotas consecutivas, ¿cómo te recuperas anímicamente de algo así?
Tienes dos opciones: o te sientas a no hacer nada o te levantas y buscas como sea la forma de salir. Eso último es lo que yo hice: salir. Recuerdo que después de la pelea con Rollie [Peterkin] sufrí una fisura muy fuerte en la costilla y tuvieron que llevarme a emergencias. Hay un momento en que te encuentras mirando al techo pensando en qué hacer.

–Cuentan que debutaste en las MMA a los dos meses de entrenamiento…
Sí, yo empecé en el 2009 y mi primera pelea fue dos meses después en Ayacucho. La pelea fue contra ‘Corazón de león’. La pelea era para [Jerry] Tolentino, pero se cayó y yo era el único en el peso. El profesor Héctor [Iberico] solo me había enseñado a tumbar y a hacer el mataleón y así gané. Aunque ahora no lo admité, el profesor me llevó como carne de cañón [risas],

–¿Cómo financias tu carrera profesional?
Yo soy 100% peleador y lo digo porque esto es parte de mi trabajo, doy clases privadas y clases en mi escuela. Por eso, yo le agradezco mucho a las MMA, esto me da el sustento. Ahora tengo hermosa hija, se llama Micaela y tiene seis meses, ella es mi todo. Ella me motiva a pesar de que no tengo auspicios. Solo verla a ella y a mis compañeros pelear me motiva a sentirme lleno y seguir peleando.

–¿Cuánto sientes que estás sacrificando para seguir en esto?
Para esta pelea en Ecuador no veo a mi hija casi un mes, estoy con ella solo en par de horas. Tengo que descansar, entrenar, dar clases. Salgo a las 6 a.m. a dar clases privadas y vuelvo por la noche, así es como me sustento. Pero así es esto, muchas veces dejas de ver a tus seres queridos. La gente piensa que esto es solo subir a la jaula a pelear, pero hay mucho trabajo y sacrificio detrás.

–Has compartido videos en los que tu profesor te ‘ajusta’ para que reacciones cuando la estás pasando mal…
La voz de mi profesor se conecta conmigo durante las peleas. Su trabajo no es el de la esquina común, es una voz con la que tengo una conexión. No sé cómo describirlo, pero sientes como si cayeras y sintieras ahí a alguien que te jala para que logres salir.

–Buscaste pelear contra Abel Herrera y después pediste la revancha, pero no te fue bien, ¿cuál es el balance de esa experiencia?
Felizmente, él aceptó la revancha y yo pienso que esa fue mi pelea. Lamentablemente no se dio el resultado y no diré qué se presentó en mi contra, porque eso sería dar excusas. Esa pelea no fue en mi categoría, yo fui el responsable de aceptar la pelea y pagué las consecuencias. Yo trabajo para competir siempre y él fue la única opción que se presentó. Él ganó, nada más.

–Ahora te toca viajar a Ecuador para pelear contra el invicto Danny Lincango…
Yo voy con respeto, no subestimo a nadie y pienso que todos son duros. Yo entreno para eso. Él tendrá todo mi trabajo y voy con la mente positiva.

–El combate es en Cuenca, una ciudad de altura, ¿harás algún tipo de aclimatación previa?
La verdad, no sé si haya altura, pero yo entreno al 100% para eso. Entreno fuerte para cualquier obstáculo y que no haya sorpresas de última hora. Estoy preparado para una pelea larga o corta, porque sé que todo puede pasar.

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