La aventura del café peruano en Chile (INTERACTIVO)

Para Segundo Tello no había esperanzas en el Perú. Era 1994 y, al igual que muchos jóvenes de su generación, migrar era la salida más sensata frente a la incertidumbre que deparaba la crisis económica y social de entonces.

Segundo, hijo de caficultores de Cajamarca, dejó la finca de sus padres y se sacudió los granos de café que pudieran haber quedado entre las ropas antes de pisar Chile. Estaba decidido: nunca se dedicaría al negocio de sus padres, mucho menos luego de ver todo lo que sufrieron por conservar sus tierras.

Veintidós años después, Segundo es uno de los tostadores de café más respetados en Santiago de Chile.

A él acuden 30 cafeterías de regiones que van desde Arica hasta Coyhaique.

(Foto: Alicia Rojas)

—Sudar para conquistar—

En La Vega, mercado de abastos ubicado en la comuna de Recoleta, Café Altura es el punto de encuentro. Desde hace cuatro años, Segundo Tello maneja este local y prepara un café especial y diferenciado.

“Aquí se habla muy poco del café peruano. Pero desde hace un tiempo están llegando buenos granos peruanos, aunque la gente sigue siendo un poco reticente para probarlo. El café peruano lo tiene todo para ser un grano fino”, nos comenta Segundo.

Para el común de los chilenos, los granos colombianos y brasileños siempre han sido los preferidos. Sin embargo, el buen equilibrio del grano peruano entre lo cítrico y lo dulce está rompiendo de a poco ese paradigma.

La historia de Segundo empieza como la de muchos migrantes: desde cero. Todo lo que ha conseguido se debe a su esfuerzo y al de su esposa, también peruana e hija de caficultores.

Desde hace cinco años, Segundo lleva desde el Perú granos de café a Chile. Primero tostaba los granos peruanos a través de terceros y luego los ofrecía a las cafeterías santiaguinas. Después se instaló en La Vega e implementó su propia tostaduría.

Además, en el Perú, ahora tiene una finca en Villarrica, Sachiro. “Ahí tenemos dos hectáreas nuevas que están produciendo café”, comenta Segundo.

Aunque él produce su café en el Perú, su centro de ventas es Chile. Consultado sobre cuánto falta para que ofrezca el grano en nuestro país, él responde con un tímido “algún día”. La historia ya no es la de 1994: él ya no tiene que huir de un país en ruinas. Ahora representa el éxito de un sector pujante.

—Seducción peruana—

En Santiago, El Comercio también conversó con Fermín Donoso, barista chileno de Milk, cafetería de la comuna de Las Condes. Él contó que siempre tienen disponibles granos de café de origen peruano, entre ellos Perú Chirinos, Perú Apu Orgánico o Rodríguez de Mendoza. “Las características cítricas del café peruano las encontramos muy buenas”, destaca Fermín.

Su compatriota Felipe Sánchez, administrador de Café Cultura, en Providencia, comenta que adquieren sobre todo café de la finca Pangoa, Junín. “A nuestros clientes les gusta ese sabor caramelo, ese dulce como de miel que tienen los granos peruanos”, resalta Felipe.

POTENCIAL DE MERCADO

Una oportunidad para no desperdiciar

Brian Harris, presidente de la Asociación Nacional de Profesionales y Amantes del Café de Chile, sostiene que es necesaria una plataforma que conecte a los caficultores del Perú –de zonas como San Ignacio, en Cajamarca, Alto Mayo y Tingo María– con las cafeterías de Chile.

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