Camal y botadero contaminan los Pantanos de Villa
Camal y botadero contaminan los Pantanos de Villa
Cristina Fernández

Los Pantanos de Villa son la única área natural protegida de Lima Metropolitana. Además, están categorizados como Refugio de Vida Silvestre y reconocidos por la Convención Ramsar como humedal de importancia internacional. Sin embargo, ninguno de estos títulos ni la reglamentación que los protege han podido impedir que sean depredados y contaminados.

Hace unos días El Comercio reveló que la salud de muchos niños que se bañan en acequias cercanas está en riesgo por la presencia de bacterias patógenas en los humedales. Ello tras un estudio realizado por el biólogo Jesús Rojas, quien encontró en el agua de los pantanos cuatro bacterias causantes de enfermedades infecciosas en el ser humano, entre ellas la meningitis.

“Estas bacterias, especialmente la ‘Escherichia coli’, aparecen en aguas servidas. La contaminación estaría llegando a los pantanos por la filtración de los pozos sépticos de las viviendas cercanas”, señaló el investigador.

Según la Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa (Prohvilla), organismo rector del proceso de conservación de los humedales y su zona de reglamentación especial, las principales fuentes de contaminación son dos urbanizaciones de más de 500 familias cada una. Estas no tienen redes de alcantarillado y están en la zona de amortiguamiento. Otra fuente de contaminación es un camal clandestino que opera dentro del área protegida.

—Denuncias sin sanción—

En su intento por frenar la contaminación, en el 2013 Prohvilla denunció a la empresa Frisana, propietaria del camal clandestino. Del mismo modo, en los últimos cuatro años interpuso nueve denuncias por daños a los humedales, pero tres han sido archivadas por la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental.

“Hacemos inspecciones en las que intervienen varias autoridades, mostramos las pruebas de la contaminación, pero la fiscalía no las toma en cuenta”, criticó el asesor legal de Prohvilla, Yeobany Suárez.

Una de las últimas decisiones fiscales fue la referida a un botadero informal que desde el 2015 crece descomunalmente en la zona de amortiguamiento. En este caso la fiscalía especializada argumentó que no toda alteración del ambiente natural o modificación de flora y fauna puede implicar en sí mismo un hecho de relevancia penal ambiental.

“No se realizó ninguna medición de la calidad del aire, por lo que no se permite inferir el daño grave que se habría generado al medio ambiente”, señala la resolución fiscal del 27 de diciembre del 2016.

Pese a la respuesta del sistema judicial, la Autoridad Municipal de los Pantanos de Villa, Sernanp, municipios distritales y otras entidades trabajan para proteger los humedales. “En el primer semestre del 2017 el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico realizará un estudio hidrológico que permitirá conocer el nivel de contaminación”, informó el director técnico de Prohvilla, Aldo Solimano.

Reporteros de este Diario buscaron la versión de representantes del camal y el botadero pero no fueron atendidos.

Niños se bañan en aguas contaminadas de Pantanos de Villa (Por ) — Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe)

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