En San Martín de Porres, frente al río Rímac, se distinguen viviendas que desafían las normas de construcción. (Foto: Lino Chipana / El Comercio)
En San Martín de Porres, frente al río Rímac, se distinguen viviendas que desafían las normas de construcción. (Foto: Lino Chipana / El Comercio)
Jorge Malpartida Tabuchi

La población de Lima es consciente de la fragilidad que tienen sus casas ante un terremoto. Según la última encuesta de Ipsos para El Comercio, el 62% cree que su vivienda no está preparada para un de gran magnitud. El 33% sí piensa que resistirá y un 5% no precisa su respuesta.

Esta percepción de los ciudadanos recogida en el estudio, aplicado entre el 11 y 13 de octubre, no es un exceso de pesimismo. El Instituto Nacional de Defensa Civil proyectó en el 2013 que un sismo de 8 grados dejaría 200 mil viviendas colapsadas y 348 mil altamente afectadas en la capital. Unas 51 mil personas morirían a causa de este desastre natural.

Para Zenón Aguilar Bardales, subdirector de investigaciones del Centro Peruano-Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid), la desconfianza de los entrevistados en la resistencia de sus viviendas es producto de la informalidad con la que se realizan las construcciones.

“La mayoría de casas se levanta sin un diseño adecuado y dejando de lado los lineamientos de las normas técnicas. Debido a la autoconstrucción, las viviendas tienen alta vulnerabilidad de derrumbe ante un fuerte sismo, más aun si se encuentran sobre suelos arenosos como los que existen en varios distritos de Lima”, explica.

La forma en que construyen los limeños
La forma en que construyen los limeños

—Construcción empírica—
A los encuestados también se les preguntó sobre el tipo de trabajadores que emplearon para construir los ambientes de su vivienda. La mayoría no utilizó los servicios de un profesional. El 77% de entrevistados que tienen casa propia y levantaron una pared dijo que contrató a un albañil o maestro de obra. En el caso de quienes construyeron un techo, el 74% también empleó este tipo de servicio. En el grupo de los que construyeron más pisos, el 70% optó por estos trabajadores, en vez de contratar a un ingeniero o arquitecto.

Arturo Yep Abanto, decano nacional del Colegio de Arquitectos del Perú, advierte los riesgos de recurrir a un albañil que edifica a partir de conocimientos empíricos y sin un sustento técnico. “Un profesional evalúa una estructura antes de intervenirla. Antes de elevar muros, coloca columnas y hace reforzamientos para que resistan el peso. Un albañil no siempre tiene esos cuidados. El otro peligro de no contratar asistencia técnica es que se terminen usando materiales de bajo costo como los ladrillos tipo pandereta”, señala.

La mayoría de encuestados dijo que recurre a albañiles para construir.
La mayoría de encuestados dijo que recurre a albañiles para construir.

Yep Abanto considera que existe un prejuicio de las personas que creen que contratar a un profesional para realizar una construcción es un lujo. Según el arquitecto, la autoconstrucción puede resultar más costosa, ya que si no se tiene un diseño de calidad, se deben hacer nuevos gastos para reforzar la estructura y así evitar un colapso.

—Responsabilidad municipal—
En la encuesta también se indagó sobre la competencia de las autoridades para atender desastres naturales. El 68% cree que los alcaldes no están capacitados para dirigir Defensa Civil.

Al respecto, Óscar Benavides, presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE) y alcalde de Ate, indicó que los burgomaestres requieren acompañamiento técnico para cumplir sus funciones de prevención. “No se puede satanizar a los alcaldes porque en muchas localidades no existen recursos para pagar a un buen ingeniero que elabore los planes de gestión de riesgos ante desastres”, indica.

El 62% cree que su vivienda no está preparada para un sismo de gran magnitud.
El 62% cree que su vivienda no está preparada para un sismo de gran magnitud.

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