Miguel Ruiz Effio nos habla sobre su nuevo libro de cuentos
José Silva

Seres comunes y corrientes que se encuentran ante situaciones extraordinarias. Así podría resumirse “La carne en el asador” (Campo Letrado y Animal de Invierno), el libro de cuentos que el escritor Miguel Ruiz Effio presentará este viernes 29 de julio a las 6 p.m. en el auditorio Ciro Alegría de la Feria Internacional del Libro de Lima 2016.

Se trata de un conjunto de ocho relatos inéditos en los que los personajes dejan a la vista sus debilidades personales. Bajo el trazo certero del tres veces finalista del Premio Copé de Cuento, veremos, por ejemplo, al jefe de una cuadrilla de obreros que sueña con hacerse millonario gracias al dinero que gana reparando oficinas bancarias destruidas por los coches bombas que deja Sendero Luminoso.

Miguel Ruiz Effio, quien es además editor del sello Campo Letrado y ha publicado ya los libros “La habitación del suicida” (2006), “Un hombre distinto” (2011) e “Y si el olvido un día nos” (2012), visitó el stand de “El Comercio” en la FIL Lima 2016 para hablarnos sobre “La carne en el asador”.

-¿Por qué una edición tan pequeña y compacta necesitó que dos editoriales se unan para hacerla posible? ¿Fue un tema de presupuesto?

No tanto así. Lo que pasa es que junto a unos socios dirijo Campo Letrado y la idea -- en principio--- hubiera sido que yo mismo en mi sello lance el libro, pero quería una mirada extra ajena a mi entorno, que usualmente lee mis trabajos y me brinda sus recomendaciones. Así que busqué a Leonardo (Dolores), de quien tengo buenas referencias por su trabajo en Animal de Invierno. Fue básicamente por eso, buscaba una diferente experiencia editorial.

-¿Cómo surge la materia prima para tus relatos?

Muchos llegan de manera casual, de lo que me pasa mientras me desempeño en mis labores habituales. Por muchos años me he dedicado a la administración de empresas y muchas de las historias surgen de lo que me cuentan las personas que estuvieron a mi cargo. Por ejemplo, en el cuento “Alma en el exilio”, hay un tipo de violencia contra la mujer que lo escuchaba siempre con las chicas que tuve a mi cargo. Veía cómo padecían y sufrían por el tema de la tenencia de sus hijos. Ese tipo de cosas me llegaron casi de casualidad.

-Uno de los mejores relatos se llama “Simbiosis” y cuenta la historia de obreros que ganan dinero arreglando los destrozos que dejan los ‘coche bomba’ en los bancos durante la época del terrorismo. ¡Es como el gozo a través de la desgracia!

Eso me llegó de una época en la que trabajaba en una fábrica. Dos maestros de obra hicieron el comentario sobre unos trabajos que hicieron en la época del terrorismo. Y justo lo que dices fue lo que me llamó la atención de la anécdota. Ellos se referían como que ese fue un momento de éxito económico para ellos, porque no les faltaba el trabajo. Esa rareza de una ocupación en un momento de desgracia me llamó la atención y decidí escribir el cuento.

-En este caso el tema de la violencia pasa a un segundo plano y resalta la idiosincrasia de los personajes, urgidos por un dinerito seguro…

En la mayoría de los cuentos donde se toca el tema (de la violencia) esta aparece en un segundo plano, salvo en “Una estrella en cada niño”, donde sí es algo explícito. Y en otros casos, como en “Lecciones para Joe Cartwright”, es más un telón de fondo, por el tema de los apagones. Quise darle un giro distinto al tema de la violencia para ponerlo casi como ambiente o atmósfera, más que sumarme al corpus que sí existe ya sobre la violencia explícita.

-¿Te parece que la literatura sobre la época de la violencia se ha agotado aquí?

No he leído lo suficiente como para opinar si se ha agotado, pero sí sé que se ha tocado bastante, y yo creo que llegará un momento, si es que no ha llegado ya, en el que el tema tendrá que ser abordado de otras maneras. No sé si a mi manera, como telón de fondo, de la forma por ejemplo como en la literatura norteamericana la Guerra de Secesión es telón de fondo de novelas que no se enfocan necesariamente en eso.

-Hay mucho de relaciones afectivas en los cuentos de tu libro, de conflictos personales. ¿Cuál es tu visión al enfocarte en temas como estos a través de la literatura?

Me interesa abordar esto desde el cómo muchas veces los componentes de la pareja minan por sí mismos las relaciones. Por eso es que hay temas de infidelidad, de traiciones, de cosas que muchas veces las vemos desde afuera, o las leemos y decimos ‘pero depende de él o de ella’ y, sin embargo, caen y fracasan. Creo que lo afectivo es uno de los aspectos más complejos de las relaciones humanas. Creo que no hemos aprendido, luego de muchos años de convivencia, a madurar el tema.

-Otro de los relatos es “Una estrella en cada niño” y muestra a un señor ayacuchano que hace retablos mostrándole su trabajo a los niños y recordando su pasado. ¿Cómo surgió este relato lleno de sensibilidad?

En 2011 viajé junto a otros escritores a Ayacucho y escuché dos anécdotas que junté en ese cuento. Primero, un chofer que nos hacía un tour por Huanta y Ayacucho nos relató cómo cuando era niño su padre lo escondía a él y a sus hermanos cada vez que llegaba una patrulla militar o un componente de Sendero Luminoso. En segundo lugar, en un almuerzo nos dijeron que cuando pedían ayuda al Arzobispado, no se las daban. Sentí una especie de rencor hacia la figura religiosa. Quise dar a conocer la versión que tuve. Sé que hay mucha más información en el informe de la CVR pero igual me pareció interesante tener una referencia más clara. Además por esos días me pidieron un cuento sobre Ayacucho, entonces surgió la escritura de ese relato.

-Este es uno de los casos en los que el título del libro no es el mismo que alguno de los títulos de los cuentos que lo integran…

El título del libro surgió al final, cuando agrupamos los cuentos. Alude a lo que los personajes deben poner para sobrellevar las experiencias a las que se enfrentan. Pienso sobre todo en (el cuento) “Alma en el exilio”. Ella (la protagonista) debe poner todo lo que tiene a su alcance para sobrevivir a lo que está pasando. Y, en segundo lugar, esto alude a mi trabajo como escritor. Al momento de recopilar los cuentos, esto era todo lo que tenía trabajado y terminado hasta entonces. Entonces, este trabajo era ‘poner la carne en el asador’ dentro de mi escritura creativa.

Contenido sugerido

Contenido GEC