Moon Jae-in (I) y Kim Jong-un (D) muestran su unidad en la montaña sagrada de los coreanos. (Foto: Reuters)
Moon Jae-in (I) y Kim Jong-un (D) muestran su unidad en la montaña sagrada de los coreanos. (Foto: Reuters)

El semblante con que nos recibe el máximo representante de en nuestro país refleja el momento dulce –e inimaginable hace tan solo 12 meses– que atraviesan las relaciones entre su país y .

El fantasma de un devastador conflicto en la península coreana parece haberse esfumado y los discursos, abrazos y gestos que se acaban de prodigar en Pyongyang Moon Jae-in y Kim Jong-un, los respectivos líderes de Corea del Sur y Corea del Norte, apuntan en ese sentido.

Reconociendo tal avance, el embajador June-Hyuck Cho no echa las campanas a volar y dice que hay labor pendiente.

— ¿Qué ha sido lo más rescatable e importante de la cumbre entre Moon y Kim?

La considero exitosa por dos puntos. Uno, se trata de la tercera cumbre entre ambos líderes en este año, lo cual permite hablar de una regularización de estas reuniones de alto vuelo. Y dos, por primera vez se materializa la visión de una península coreana sin guerra. Se ha firmado un acuerdo para terminar cualquier clase de hostilidades en el área desmilitarizada y desarrollar un ambiente de estabilidad en la región.

— Hace unos meses le pregunté si se podía confiar en la palabra de Kim Jong-un. Hoy le pregunto lo mismo.

Podemos confiar, pero esa confianza debe ser verificada con actos concretos. Sus promesas deben ser cumplidas en el terreno. En Corea del Norte solo Kim puede decidir, así que si hemos podido cambiar algunas de sus ideas en estas tres reuniones, pues eso ya es un éxito.

El líder norcoreano Kim Jong Un estrecha la mano del presidente surcoreano Moon Jae-in antes de su cumbre en la sede del Partido de los Trabajadores de Corea en Pyongyang. (Foto: AFP)
El líder norcoreano Kim Jong Un estrecha la mano del presidente surcoreano Moon Jae-in antes de su cumbre en la sede del Partido de los Trabajadores de Corea en Pyongyang. (Foto: AFP)

— Pyongyang ya anunció antes el desmantelamiento de Yongbyon, su principal complejo nuclear. ¿Por qué será distinto ahora?

Es cierto, en el pasado se habló con palabras muy técnicas de la desnuclearización, y no funcionó. El camino que nuestro gobierno ha tomado es el de crear un ambiente para construir confianza entre ambos líderes. La desnuclearización tomará un largo tiempo, hay tarea por hacer. No podemos obtener todo de golpe, la confianza se ha construido paso a paso y ahora esperamos las acciones.

— ¿No era necesario, por ejemplo, establecer un cronograma para verificar los pasos que se darán?

A esas acciones me refiero. Pero insisto en que sin confianza no puede haber calendario. Ya tenemos lo primero, ahora Corea del Norte tiene que mostrar lo segundo. Por ahora ya ha aceptado la presencia de inspectores internacionales para monitorear el cierre de Tongchang-ri, un sitio clave de pruebas y lanzamiento de misiles.

Corea del Norte se ha comprometido a dar estos pasos “si Washington toma medidas correspondientes”. ¿Qué significa eso?

No sabemos a ciencia cierta qué está pidiendo el régimen de Kim a Estados Unidos. Se dice que buscan de Washington una declaración formal del fin de la Guerra de Corea (1950-53), también que prosigan las negociaciones bilaterales. Insisto en que no podemos conseguir todo en un instante, sino poco a poco.

— Tras la cumbre de junio entre Kim y Donald Trump las relaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos se han estancado. ¿Corea del Sur puede oficiar de mediador?

En Pyongyang nuestro mandatario ha hablado con Kim sobre la relación con Estados Unidos Este lunes 24 el presidente Moon, antes de intervenir en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, se reunirá con Trump y discutirá con él sobre la relación entre Washington y Pyongyang.

— ¿Se viene otra cumbre entre Kim y Trump?

Así lo esperamos. El presidente Moon está sirviendo de puente. Entendemos que Estados Unidos está dispuesto a continuar lo empezado en la cumbre de Singapur.

(Foto: AP)
(Foto: AP)

— Para Corea del Norte, los ejercicios militares entre su país y Estados Unidos son un obstáculo para la paz y estabilidad en la región...

Estas maniobras son necesarias para mantener nuestra disponibilidad militar. Corea del Sur y Estados Unidos son aliados cercanos. Este año ambos tuvimos un gesto y decidimos no realizarlos.

— ¿Volverán entonces el año que viene?

Los ejercicios militares son ahora necesarios, pero todo dependerá de si el buen ambiente continúa y de cómo vayan caminando las negociaciones. De acuerdo a ello, se tomará una decisión.

— ¿China viene haciendo lo suficiente para lograr la estabilidad en la región?

Depende de a quién se lo pregunte. Estados Unidos piensa que a veces es un obstáculo, por ejemplo. Está claro que China tiene una gran influencia sobre Corea del Norte y considero que tiene un rol muy útil para la estabilidad. La tensión y hostilidad tampoco le conviene a sus ansias de crecimiento económico.

— ¿Las relaciones entre las Coreas atraviesan por su mejor momento?

Sin duda. ¿Podía imaginarse que nuestros presidentes se reunieran tres veces en un año? ¿O que un líder norcoreano visite Seúl, como ha prometido Kim que hará antes de que acabe el año.

— ¿Y qué le diría a los escépticos sobre esta cercanía?

A juzgar por la historia, es natural desconfiar de Corea del Norte. Pero si somos solo escépticos y no hacemos nada, nunca se va a avanzar.

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