Redacción EC

La ruptura de las negociaciones, anunciada este miércoles, entre Sacyr y la Autoridad del Canal de Panamá por el sobrecosto de la , amenaza una de mayores obras civiles del mundo, y la empresa española augura años de litigio en los tribunales.

Cien años después de su inauguración, este canal, por el que navega el 5% del comercio marítimo mundial, tiene difícil terminar su tercer juego de esclusas de aquí al 2015 como estaba inicialmente previsto, debido a la lentitud con que avanzan las obras desde hace semanas a la espera de una solución al conflicto.

Una solución que debería haber llegado el martes, fecha límite para las negociaciones entre la Autoridad del Canalde Panamá (ACP) y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), el consorcio internacional encargado de las obras y liderado por el español Sacyr.

Si embargo, este último comunicó este miércoles la sorpresiva ruptura de las negociaciones, pese a que el lunes, el presidente del país, , había afirmado que las partes estaban "cerca" de llegar a un acuerdo.

"La noticia es inesperada", admitió este miércoles el vicepresidente de la Comisión Europea, Antonio Tajani, en un comunicado.

"Confío y espero que ambas partes reconsideren sus posiciones en los próximos días ya que una interrupción de las obras serían malas noticias para el empleo, la economía global, la ampliación del canal y las partes mismas", añadió.

AÑOS DE LITIGIOS JUDICIALES

Sacyr asegura que el consorcio "sigue buscando una solución de financiamiento para terminar el proyecto y las obras en el 2015", y achaca el fracaso de las negociaciones a la ACP.

"La ruptura de las negociaciones pone la expansión del Canal de Panamá y hasta 10.000 puestos de trabajo en riesgo inminente", afirma Sacyr, cuyas acciones caían un 5,73% a 3,655 euros a las 12:21 GMT.

"Sin una solución inmediata, Panamá y ACP enfrentarán años de disputas ante los tribunales nacionales e internacionales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso", advirtió el grupo español.

Estos "años de litigios y arbitraje en las jurisdicciones de todo el mundo dejará una sombra continua sobre ACP y el Canal de Panamá", insistió Sacyr, cuyas acciones estaban pagando la ruptura de negociaciones este miércoles en la Bolsa de Madrid con una caída del 5,70% hacia las 12:32 GMT.

En el corazón del conflicto figura una factura mucho más cara de lo previsto inicialmente. El consorcio reclama 1.600 millones de dólares más para cubrir los sobrecostos.

Tal cantidad "es una carga de tal magnitud que ningún contratista o empresa privada puede soportarla por sí misma", asegura GUPC, que integran también la italiana Salini-Impregilo, la belga Jan De Nul y la panameña Constructora Urbana.

El consorcio ya había amenazado a finales de diciembre con suspender los trabajos en caso de que no se pagara esa cantidad, que supone la mitad del contrato inicial fijado en 3.200 millones de dólares. Este sobrecosto se debe, según el GUPC, a "condiciones geológicas imprevistas".

El grupo de empresas propone compartir "la carga del financiamiento hasta la terminación del proyecto a través de un cofinanciamiento 50%-50%" y después "un tribunal internacional de arbitraje decidirá quién se hace responsable de los sobrecostes adicionales y quién debe pagar por ellos".

"Es injusto e imposible para ACP y Panamá esperar que las empresas privadas financien por sí mismas 1.600 millones en costos en un proyecto que debería ser financiado en su totalidad por la ACP", afirma el consorcio.

La obra, que el grupo asegura haber concluido en un 70%, acumula un retraso de nueve meses, sin contar los reveses de estas últimas semanas. Los constructores citan una estimación de la aseguradora Zurich, que calcula que el retraso para la conclusión del proyecto sería de entre tres y cinco años si no hay acuerdo.

El canal de Panamá, de 80 km, fue inaugurado en 1914 y explotado por Estados Unidos hasta su devolución aPanamá en 1999.

, que pasa por excavar una tercera vía de agua, ensanchar las vías de acceso, elevar el nivel del lago Gatún, la profundización del canal y la construcción de nuevas esclusas en tres niveles, permitirá el paso de buques de más de 12.000 contenedores, tres veces mayor de lo que admite actualmente.

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