Maria Cecilia  Villegas

¿Sabía que más de dos millones de peruanos son indígenas o viven en ? En nuestro país existen 55 pueblos indígenas u originarios de los Andes y la Amazonía que se organizan principalmente en y nativas. Se sabe, además, que en nuestro país hay 48 lenguas originarias. En su mayoría, estas poblaciones viven en situación de pobreza y enfrentan una clara desigualdad frente al resto de la población. De hecho, una persona cuya lengua materna es nativa tiene 36% más probabilidades de ser pobre que si su lengua materna fuese el castellano. Mientras que las mujeres de estas comunidades son quienes mayor desigualdad y discriminación enfrentan. De acuerdo con el INEI, el 22% de las mujeres rurales en el Perú son analfabetas.

Uno de los problemas más graves que están afrontando estas poblaciones es el crecimiento de las economías ilegales en sus territorios. La economía ilegal es la producción de bienes que han sido declarados ilegales por el Estado, como el narcotráfico, la minería ilegal, la tala ilegal, el tráfico de personas, el contrabando y los sobornos y coimas. En el Perú, las economías ilegales mueven más de US$6.500 millones cada año; dinero que entra a la economía formal. Las economías ilegales no solo tienen un impacto directo en la pérdida de ingresos para el Estado, sino que, más importante aún, las zonas donde operan las actividades ilegales terminan siendo tierra de nadie, con altos índices de violencia, delincuencia, extorsión y tráfico de mujeres y niñas para la explotación sexual. Las actividades ilegales se amparan, además, en milicias, grupos paramilitares o, como en el caso del Perú con el narcotráfico, con grupos subversivos como el de los Quispe Palomino.

Las economías ilegales son tan poderosas que no solo controlan grandes territorios, sino que además financian partidos políticos y candidatos que, una vez en el poder, les facilitan sus ilegales operaciones y blanqueo de dinero.

Entre el 2018 y el 2022, los cultivos de hoja de coca crecieron en 127%. Estos cultivos se encuentran en territorios de comunidades indígenas y pueblos originarios. Poblaciones que han sido abandonadas a su suerte y donde no existen Estado de derecho ni autoridad. Solo en Loreto, se pasó de 5.072 hectáreas de coca en el 2018 a 13.844 en el 2022. Más del 173% de aumento en cuatro años. Mientras que en Ucayali en el 2018 había 2.565 hectáreas y para el 2022 Devida encontró 14.531. Un incremento del 466%. Los principales opositores a las operaciones del narcotráfico son los líderes indígenas y, por ello, en los últimos dos años, al menos 20 líderes de comunidades nativas han sido asesinados.

De acuerdo con Carmen Masías, en el Perú hay un gravísimo problema de falta de gestión. En el , el 65% de la población es pobre, el 56% de las casas no tiene agua ni desagüe y el 46% de los niños tiene anemia. ¿Qué capacidad tienen estas poblaciones olvidadas por el resto del país de salir de las trampas de pobreza y crimen organizado en las que viven?

La lucha contra el narcotráfico puede ser exitosa si se enfrenta entendiendo que la erradicación forzada por sí sola no funciona. En contextos donde existen grupos subversivos, como los Quispe Palomino, el uso de la fuerza sin estrategia termina empujando a la población a aliarse con la subversión. Lo que les genera a los subversivos capital político y mayor legitimidad frente al Estado y las poblaciones. Para ser exitoso en la lucha contra el narcotráfico, se debe tener un equipo interdisciplinario que atienda intervenciones en distintos sectores. Es necesario trabajar con los líderes de la comunidad y llegar con una estrategia de desarrollo territorial integral para la zona de intervención: servicios de salud, educación, nutrición, trabajo, cultivos alternativos, oportunidades para jóvenes y contar con metas de erradicación y cooperación internacional. Una experiencia exitosa es el caso de San Martín, cuya economía estaba dominada por el tráfico de drogas y donde había más de 20.000 hectáreas de coca. Hoy resalta por sus cultivos de café, cacao y palma aceitera.

El Vraem está muy lejos de Lima y sus problemas no están en agenda. Pero si lo vemos como una oportunidad, podemos transformarlo.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Maria Cecilia Villegas es CEO de Capitalismo Consciente Perú