Este 4 de mayo El Comercio cumple 180 años de creación. (Foto: GEC)
Este 4 de mayo El Comercio cumple 180 años de creación. (Foto: GEC)
Editorial El Comercio

Los que nos dedicamos a la prensa escrita, al preparar diariamente la edición con la que amanecerán nuestros compatriotas al día siguiente, nos hemos acostumbrado a hablar del mañana en presente y del hoy en pasado. La naturaleza del trabajo que hacemos, aquel de recopilar información de la más alta calidad, nos obliga a pensar siempre en el porvenir y, especialmente, en aquello que le depara al país.

Durante nuestros 180 años de existencia, desde El Comercio no solo hemos escrito día a día la historia del Perú, sino que nos preocupamos por su futuro. Lo vemos con optimismo y, manteniéndonos fieles a nuestra línea editorial, nos comprometemos con defender la libertad de sus ciudadanos, su democracia y su institucionalidad.

Este Diario cree en un país interesado en aprender de sus caídas. Uno que, magullado por la corrupción que ha asolado a su clase política, está dispuesto a corregir democráticamente los errores del pasado. Los peruanos ya no van a permitirse ver pasivamente cómo se traicionan sus votos, sino que reclamarán que se lleven a cabo reformas importantes para evitarlo. Un ánimo que se notó en el último referéndum cuyo resultado, independientemente de cómo se juzgue la pertinencia de lo aprobado, hace enfático el ánimo por lograr cambios.

En el decano, además, siempre hemos reconocido la importancia de nuestras instituciones para el futuro del país. En los años que vienen, salvaguardar el Estado de derecho deberá ser el objetivo principal de nuestras autoridades, aplicando para ello las reformas que sean necesarias. Será fundamental, por ejemplo, recuperar la confianza perdida en nuestro sistema de justicia. Con este propósito, resultan alentadores los avances, cada vez más tangibles, de las investigaciones del Caso Lava Jato y de Los Cuellos Blancos del Puerto, que obligarán a que los que hicieron mal uso de su puesto en el Estado paguen por sus crímenes. Asimismo, las recomendaciones planteadas por la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, auguran una próxima e importante discusión entre el gobierno y el Congreso para repotenciar y volver a legitimar nuestro sistema electoral y sistema de partidos.

También consideramos necesario el lograr un país más libre, tanto en el ámbito social como en el político y el económico. Es clave llegar a ser una sociedad donde nuestros méritos definan la envergadura de nuestro éxito, y donde nuestras diferencias no nos impidan una plena participación en la vida pública y privada. Para ese fin, se hace importante que desde el Estado no se busque limitar el desarrollo de los individuos y se busque, más bien, reformar aquello que hoy los perjudica. Pensemos, por ejemplo, en nuestro régimen laboral, donde la rigidez extrema relega al 74% de peruanos a vivir exiliados del sistema con la inestabilidad que eso supone. Pensemos también en los grupos humanos que, por su naturaleza, viven al margen de lo que la ley contempla.

Con 180 años a cuestas –y con los que vengan gracias a nuestros lectores– solo nos queda reafirmar nuestro compromiso con ser testigos activos del futuro del país. El eje central de nuestro trabajo son y siempre serán los ciudadanos que componen esta nación, y nuestro fin nunca dejará de ser dotarlos de la mejor información para que tomen las mejores decisiones, invitándolos en el camino a reflexionar sobre los retos que el futuro plantea.

Ante nuestra independencia próxima a cumplir 200 años –de los cuales hemos tenido el privilegio de vivir la mayoría–, contemplamos con optimismo lo que vendrá y prometemos que, pase lo que pase, estaremos ahí para contarles la historia.