Formalmente viene del diminutivo chiquito más el sufijo -oso (muy productivo en el castellano americano: elegantoso, primarioso, etc.). Chiquitoso, -a es fórmula de tratamiento para niños pequeños, que todavía se documenta en nuestro castellano coloquial, junto con otras formas análogas como chiquindujo. Véase un gracioso ejemplo de Nicolás Yerovi: “Hoy Gutiérrez le ha alquilado / a Quesquén un súper depa, [sic] / pero sin haber firmado / un contrato, que se sepa, / qué chico tan dadivoso / pero siempre defraudado, / qué bueno que el chiquitoso, / nos había resultado” (Perú21.pe, 30/7/2009).