(Ilustración: Víctor Aguilar)
(Ilustración: Víctor Aguilar)
Luciana Olivares

“¿Y cómo te sientes en tu nueva vida? ¿Lo extrañas? ¿Sientes nostalgia? ¿Revisas sus publicaciones o muro de Facebook? ¿Adónde te mudaste? ¿Volviste a tu casa? ¿Te darás un tiempo? ¿Sientes raro? ¿Quién tomó la decisión (dígase terminaste o te terminaron)?”.

A estas alturas de la vida tú ya tienes preparadas tus respuestas: “Emocionada por lo que se viene”, es la respuesta corta. “Con muchos proyectos” (más la enumeración de cada uno de ellos), es la respuesta empresarial. Y está la que le darías a una amiga o amigo que se ha sentado a conversar contigo en confianza, como tú y yo, querido lector, estamos haciendo en este momento: Me siento como si hubiera terminado una relación muy larga con alguien que era muy importante para mí. Me daba estabilidad, predictibilidad, tranquilidad, orden y, bueno, protección. Teníamos una rutina y hasta una hora definida para tomar café. Tengo que confesarte que nuestra vida social era muy activa, entre reuniones y eventos a los que sin duda mucho influenciaba su reputado nombre.

Hoy te diría que mi vida ha cambiado 180 grados. Digamos que no tengo un solo compromiso definido, tengo citas casi todos los días con distintos perfiles. No creas que todo es a punta de jale. Hay que ser superproactiva y entradora en esta nueva vida. Tampoco creas que todas las citas son exitosas e increíbles. Hay los que te plantan el mismo día, o te dejan en leído por algunas semanas. Hasta incluso me ha tocado los que al final mandan a su reemplazo, que no tenía ni idea de por qué estaba allí. Pero si bien la calle está dura, descubres que tu sex appeal sigue vigente y no a punta de tener un apellido rimbombante detrás: te siguen invitando a esas mismas reuniones y eventos pero con tu nombre de soltera.

Conoces nuevos prospectos mucho más jóvenes de los que frecuentabas, ‘startaperos’ a los que les brillan los ojos como a ti hace algunos poquitos años. También están los maduros y fuertes que saben de tu trayectoria y esas citas fantásticas donde haces clic y pueden hacerte la semana. Las reacciones de tus amigos y colegas es todo un tema, la mayoría pide que le cuentes en qué andas y fantasea con tu soltería por un momento preguntándose si tu jardín será más verde ahora. Te quieren hacer el bajo con otros contactos y se esmeran en que te traten bonito dándoles tus mejores referencias. Aunque te mentiría si no te dijera que me he encontrado con algún gerente muy empoderado por su nuevo cargo en la tarjeta, que piensa que tu soltería te vuelve más vulnerable o, peor aun, desesperada, y te están haciendo un favor al invitarte a su mesa. En fin, así se siente pasar de la vida corporativa a la vida de un emprendedor pero si me preguntas si me siento sola, te respondería que soltera sí, sola nunca.