Juegos Panamericanos Lima 2019: Amanda Coneo es una de las figuras de la selección colombiana. (Foto: Twitter)
Juegos Panamericanos Lima 2019: Amanda Coneo es una de las figuras de la selección colombiana. (Foto: Twitter)
Marco Quilca León

Con su metro 77 de estatura y su delicada figura, Amanda Daniela Coneo puede pasar desapercibida en un cualquier equipo de vóleibol. Pero todo cambia cuando el árbitro da por iniciado el partido. Su salto tan elevado, acompañado de su potente mate, puede hacer que cualquier bloqueo parezca inútil. Eso ocurrió el último jueves en el Coliseo del Polideportivo Callao. Sus 32 puntos, de los 96 que hizo Colombia en el total, le dieron la victoria a su equipo (3-1) ante Perú por la segunda fecha del Grupo A del vóley sala en los .

Tras su destacada actuación, Amanda despertó una gran cantidad de comentarios. No solo en las tribunas del coliseo, sino también en las redes sociales. Todos mostrando respeto y admiración. Algunos, claro, la recordaron. No es la primera vez que está en nuestras tierras. Ya estuvo aquí y es el ejemplo perfecto de ese cliché que existe en el vóley nacional: “las extranjeras vienen a aprender a nuestra liga, se van y cuando regresan a enfrentarnos con sus selecciones nos masacran”.

Lima 2019 | Este es el puntazo de Amanda Coneo que le dio la victoria a Colombia (3-1) sobre Perú. (Video: Señal Deportes / Foto: Captura)

Coneo tiene 22 años, aunque no parece por la solvencia que muestra dentro del campo. En el 2014, a los 17, dejó su natal Cartagena para su primera travesía en el extranjero. Llegó al Túpac Amaru de la Liga Nacional Superior de Voleibol con la predisposición de una aprendiz y las metas de una deportista que sueña con llegar a la élite.

“Llegó muy jovencita, muy tierna, pero con una disciplina muy bien marcada. Tenía un potencial enorme, un gran salto y fuerza para los mates; pero carecía de técnica en la muñeca”, recuerda Elvia Olivera, jefa de equipo del cuadro de San Juan de Lurigancho desde hace años.

Lima 2019: Otro punto fantástico de Amanda ante Perú. (Vídeo: Señal Deportes / Foto: Captura)

“A simple vista no parecía buena. Pero en los entrenamientos me di cuenta de lo que realmente era. Es la mejor voleibolista que he visto. Pero no solo por su talento innato, sino por su disciplina y ganas de entrenar y mejorar”, señala José Castillo, el técnico que la tuvo en el Túpac.

Disciplina es la virtud en la que coincidieron dos personas que la vieron de cerca en los cuatro meses que jugó en la liga nacional. Amanda siempre soñó con ser voleibolista profesional y trabajó para lograrlo. Porque nada llega sin esfuerzo. Incluso, cuando el ‘profe’ Castillo le pidió que dejara la comodidad de un departamento en Miraflores para mudarse a San Juan de Lurigancho y entrenar dos veces por día, ella aceptó sin chistar. No titubeó ni puso excusas. Solo quería aprender, mejorar.

La voleibolista colombiana celebrando un punto suyo. (Foto: FPV)
La voleibolista colombiana celebrando un punto suyo. (Foto: FPV)

“Hay dos factores importantes que debe tener una persona que quiere ser un deportista de élite: talento y determinación. Ella tenía las dos cosas”, analiza Castillo.

Después de dejar el Perú (2015) y aprender mucho en solo cuatro meses, Amanda inició sus estudios en Psicología. Pero tiempo después le llegó la oportunidad de dar el salto a la liga italiana. Partió en silencio a una prueba al club Lardini Filottrano. Solo le bastaron 30 días para encandilar a los dirigentes del club europeo para firmar su primer contrato. Desde allí no paró. Actualmente juega en el Sab Volley Legnano de la Serie A, tras su paso en el Sab Grima Legnano del Campeonato A2. Y, claro, con sus mates casi imposibles de bloquear, nos dejó con un pie fuera de las chances para conseguir una medalla en Lima 2019.

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