Política con coca, por Enrique Pasquel
Política con coca, por Enrique Pasquel
Enrique Pasquel

Hace dos días, la primera dama se ganó las primeras planas con sus declaraciones sobre los vínculos que tendrían el fujimorismo y el Apra con el narcotráfico. Aprovechando un evento público declaró a la prensa: “Los dos partidos más importantes que se están presentando a las elecciones, me estoy refiriendo al Partido Aprista y al partido fujimorista, tienen y han tenido vínculos con el narcotráfico”.

El día de ayer, por su parte, el presidente , desde Huánuco, aprovechó para mantener el tema caliente. Él señaló que “mientras en el Perú se dan otros casos de o se discute cómo entra el narcotráfico en la política, tenemos que limpiarnos de eso y trabajar por la educación”.

La respuesta de la oposición no se hizo esperar. Pedro Spadaro, vocero de Fuerza Popular, apuntó a la cabeza y señaló que en el 2006 Humala llevó al Congreso a Nancy Obregón, quien hoy enfrenta cargos vinculados al tráfico de drogas. Además, indicó que Roy Gates, abogado de , ha sido también asesor de la familia Sánchez Paredes.

Desde el aprismo, ayer dirigentes de dicho partido organizaron una conferencia de prensa en la que mostraron una entrevista que se realizó en junio del 2011 (que ya era pública) a Antonio Mori Sandoval, quien  estuvo en prisión por narcotráfico. En esta Mori aseguraba que el capitán ‘Carlos’ le pidió en 1992 que le pague US$20 mil por no  impedir los vuelos de las avionetas cargadas de cocaína que salían de Madre Mía, en Tingo María.

Kenji Fujimori, aprovechó la coyuntura para recordar a sus seguidores que “ sacó a narcos de las cárceles y los puso en las calles”, en clara alusión al escándalo de los narcoindultos.

Resulta preocupante que cuando entre el oficialismo y los principales partidos se acusan de haber sido infiltrados por el narcotráfico ninguna de estas organizaciones pueda decirse absolutamente libre de pecado. Y, como todos sabemos, este tipo de escándalos no solo alcanzan a políticos que compiten en las lides nacionales: en las últimas elecciones regionales y municipales se eligió a 17 de 124 candidatos vinculados con el narcotráfico.

Un informe de Rocío La Rosa, periodista de este Diario, publicado hace poco muestra cifras que revelan que no venimos ganando la guerra contra las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas: los 1.300 millones de soles que el primer ministro anunció en mayo que se invertirían en equipar a nuestra policía representan solo el 6% de los 20.319 millones de soles que el narcotráfico mueve al año. La policía, por lo demás, no incauta más del 7% de las 400 toneladas de coca que producimos anualmente.

Lo que me llama la atención es que el tema de la infiltración del narcotráfico en la política sea utilizado solo como arma de ataque o de disuasión entre nuestros políticos, cuando quieren desviar la atención del público del escándalo de la semana. Pero, ninguno de quienes quieren ser presidente aborda el tema dentro de sus propuestas de gobierno.

El tema, en buena cuenta, se encuentra huérfano en el debate público. Y las consecuencias de esta orfandad no son menores. La infiltración de la criminalidad organizada en los partidos políticos es un tema de fondo tan importante como el crecimiento económico, la lucha contra la pobreza o la consolidación de las instituciones democráticas. Después de todo, un Estado manejado por narcos tiene pocas posibilidades de triunfar en cualquiera de estos últimos campos.

Lamentablemente, falta un aspirante a presidente que coja el tema. ¿Seguirá esto así en la campaña? En ese caso, ¿por algo será?

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