(Gráfico: El Comercio)
(Gráfico: El Comercio)

El presidente pudo darle un giro a la relación signada por fricciones con el . El titular de la Mesa Directiva, Daniel Salaverry, marcó distancia de Fuerza Popular y entabló coordinaciones con el Ejecutivo, lo que, además, le sumó puntos en las encuestas. Este es un análisis de cinco hechos claves que podrían contribuir a mantener esa línea o que, en la otra orilla, podrían revertir lo avanzado.

1. Las propuestas de reforma política
Tres días después del referéndum, el presidente Martín Vizcarra anunció la creación de una comisión que hará propuestas de reforma política para presentar al Parlamento. Luego de 10 días designó a los integrantes de ese grupo, quienes tienen previsto presentar su plan de trabajo la primera semana de enero.

El analista Pedro Tenorio menciona que mientras el Ejecutivo ya prepara nuevas propuestas de reforma política –en el referéndum logró que se aprobaran dos–, el Parlamento demora en la Ley Orgánica de la Junta Nacional de Justicia. “El Congreso no se da cuenta de que debe responder rápido; porque si no, Vizcarra queda como el diligente y el Congreso como el que empantana las cosas”.

Tenorio también advierte que al Parlamento no se le ha visto muy animado con la comisión nombrada por el Ejecutivo. “Parece que solo las tomarán [las propuestas] como insumos para elaborar su propia reforma. Y eso podría exponerlos a una nueva derrota política, Vizcarra tiene todas las de ganar”, aseveró.

El jefe del Estado podría enviar un nuevo paquete legislativo y presentar una cuestión de confianza, tal como hizo con los proyectos del referéndum.

2. Proporcionalidad y control
La primera acción de las dos nuevas bancadas creadas –Cambio 21 y la Bancada Liberal– fue pedir la redistribución de espacios en comisiones, de acuerdo con la nueva proporcionalidad. Su objetivo es que terminar con el control de Fuerza Popular en los grupos de trabajo, pues desde ahí se pueden bloquear iniciativas (como las que propondrá la comisión de reforma política) o modificarlas (como sucedió con el proyecto sobre la bicameralidad).

Fuerza Popular ha perdido 12 miembros. En teoría, debería haber cedido algunos cupos, pero eso no pasó debido al incremento del número de miembros de las comisiones. “Eso se hizo porque el reglamento no establece un tope máximo. Ese juego aritmético permitiría que Fuerza Popular mantenga liderazgo en comisiones”, explica el ex oficial mayor José Cevasco.

La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales es el principal grupo en el que las nuevas bancadas buscan quitar mayoría a Fuerza Popular. Cevasco añade que los cambios dependerán del Consejo Directivo: si se hacen progresivamente o se espera hasta julio, en el cambio de legislatura.

3. Nuevas bancadas y el retorno de Kenji
Un nuevo enfrentamiento entre la bancada oficialista y el gobierno se dio al cierre del 2018. El Ejecutivo ha encontrado apoyo de los nuevos bloques parlamentarios, Bancada Liberal y Cambio 21, con lo que se abre la posibilidad de un respaldo legislativo para contrarrestar al fujimorismo desde el mismo Parlamento.

Mabel Huertas, socia de la consultora política 50+1, considera que tal posibilidad depende de cuánto se puedan consolidar las nuevas bancadas. “Si a Vizcarra en su momento no le interesó tener a la propia bancada oficialista como aliada, no sé cuánto le interesa tener otras bancadas. Su posición en contra del Congreso se va a mantener el tiempo que le rinda políticamente, esa es la receta que le ha servido en las encuestas”, afirma.

El regreso de Kenji Fujimori, Guillermo Bocángel y Bienvenido Ramírez puede restar tres escaños más a Fuerza Popular. Pero Huertas alega que tras la denuncia de compra de votos a cambio de obras, la presencia de Kenji se ha convertido en un pasivo.

Opina que Vizcarra, por el momento, no tendrá problemas en el Congreso ante Fuerza Popular, que se muestra sin capacidad de reacción. “Salió la denuncia sobre los aportes de Peruanos por el Kambio y Vizcarra, quien fue el jefe de campaña, dice que no sabe nada. Eso no es posible, pero no ves a una oposición con liderazgo señalando esa incongruencia”, añade Huertas.

4. El final de la legislatura
El período de Daniel Salaverry concluye en julio. En los próximos seis meses su alejamiento de Fuerza Popular podría volverse tormentoso para su gestión, en consecuencia, entorpecer la relación con el Poder Ejecutivo.

La continuidad de esa relación podría agravar el enojo de Fuerza Popular, donde existen dos corrientes: los que piensan que Salaverry debe dejar la presidencia y los que consideran que censurarlo a mitad de su período sería contraproducente, porque sería visto como una represalia. Además, la conducción del Parlamento recaería sobre Leyla Chihuán, quien ahora no cuenta con una buena imagen ante la ciudadanía.

“Desde el entorno de Salaverry temen que en las comisiones, donde Fuerza Popular mantiene mayoría, busquen neutralizar leyes, una especie de boicot. El gobierno necesita sacar temas en el Congreso y Salaverry quiere empujar en ese sentido para beneficiar su gestión. Es un juego de hambre y necesidad, pero Fuerza Popular piensa que ellos no sacan ningún beneficio de eso”, sostiene Tenorio.

El analista agrega que el titular de la Mesa Directiva podrá apoyarse en las nuevas bancadas para hacer frente a Fuerza Popular. “Se dice que Salaverry tiene a unos 30 legisladores provincianos que lo apoyan dentro de Fuerza Popular, pero eso está por verse”, destaca.

5. Recomposición en el TC
En junio acabará el mandato de seis de los siete magistrados que integran el Tribunal Constitucional. La elección, a cargo del Congreso, empezó con el pie izquierdo, al determinar que se utilizará para esa labor el mecanismo de la invitación. El recuerdo más próximo es negativo: en el 2014, mediante ese método, se llevó a cabo la distribución de plazas partidarias en la denominada ‘repartija’.

“Esta es una oportunidad que tiene el Congreso para mejorar su imagen si llevan a cabo una elección acertada que garantice la autonomía e independencia. El TC ha sido una pieza clave en el aparato democrático, un contrapeso fundamental ante los excesos legislativos”, comenta Óscar Urviola, ex presidente del tribunal.

De no cumplir esos parámetros –acota Urviola– la elección se convertirá en un elemento más de crítica de Martín Vizcarra hacia el Parlamento. “La Junta Nacional de Justicia que se acaba de crear elegirá a sus miembros por concurso de méritos y el Congreso insiste en elegir a los miembros del TC por invitación. Tiene que ser una elección acertada de magistrados que sean garantes del orden constitucional, no que respondan a intereses partidarios”, aseveró.