Gabriel García Márquez escribió así "Cien años de soledad" hace medio siglo

"Pensar que un millón de personas pudieron leer algo escrito en la soledad de mi cuarto con 28 letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal parecería a todas luces una locura...", dijo Gabriel García Márquez al empezar a contar la historia detrás de su obra icónica "Cien años de soledad". El sitio en Facebook Pictoline resumió esta apasionante historia con motivo de los 50 años del máximo ejemplo del realismo mágico.

Desde que tenía 17 años de edad hasta poco antes de su partida, García Márquez no hacía otra cosa que levantarse temprano, sentarse ante un teclado y llenar una hoja en blanco con historias. Fue así que, tras celebrar 38 cumpleaños, publicar cuatro libros y sentado frente a una máquina escribir; tecleó: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".

Fue una tarea incansable de 18 meses. Para cuando terminó, tenía un borrador "acribillado a remiendos". La encargada de pasar a limpio la obra fue Esperanza Araiza, la conocida Pera, la mecanógrafa de poetas y cineastas y asistente de grandes obras de mexicanos. Cuando por fin tuvo un limpio para entregar al escritor, ella resbaló al bajarse del autobús y las cuartillas fueron a parar un charco formado por una lluvia diluvial. Hoja por hoja, secó todo el libro con una plancha de ropa.

Sin embargo, lo increíble del proceso de gestación del libro, para 'Gabo', fue la forma en que su esposa Mercedes se las arregló para sacar el hogar adelante con dos hijos mientras el autor escribía sin parar ni ganar siquiera un centavo. "Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa", dijo García Márquez durante su discurso en la celebración por el millón de copias de "Cien años de soledad" en 2007.

Mercedes fue la heroína de la historia de los Buendía. Ella empeñó sus joyas, recibidas en herencias familiares, para aliviar las necesidades del hogar -todas las piedras preciosas eran pura fantasía, pero en algo ayudaron-. Fue así, con alivios efímeros, que llegaron a agosto de 1966.

El recordado Gabriel y su familia vivían en México. Fue desde allí que en agosto de 1966 fue junto a Mercedes a la oficina de correos para enviar al director literario de la editorial Suramericana, en Buenos Aires, la versión terminada del libro -un paquete de 590 cuartillas-. El envio costaría 82 pesos, pero ellos solo tenían 53.

"Abrimos el paquete, lo dividimos en dos partes iguales y mandamos una a Buenos Aires sin preguntar siquiera cómo íbamos a conseguir el dinero para mandar el resto. Solo después caímos en la cuenta de que no habíamos mandado la primera sino la última parte", recordó el escritor.

No importó que se enviara la segunda parte de la obra, pues el contacto en la editorial, ansioso por leer el comienzo la magnífica historia ambientada en el pueblo de Macondo, envió un anticipo de dinero para que se pudiera concretar la entrega. "Así es como volvimos a nacer en nuestra vida de hoy".

LOS DATOS
La historia de Gabriel García Márquez fue extraída del discurso "Así escribí 'Cien años de soledad".

Nicolás Pernett, especialista en la obra del premio Nóbel colombiano, estima que en 50 años se han poublicado 100 ediciones del libro que cuenta la historia de Macondo.

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