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(Foto: Somos)
Arturo León

El desierto peruano será invadido dentro de pocos días. Una gran cantidad de vehículos, comandados por competidores, cuadros de asistencia mecánica y espectadores, serán parte de la fiesta automotriz más importante del mundo: el . La edición 2019 es histórica para nuestro país porque por primera vez el Perú acogerá todas las etapas. Desde Lima hasta Arequipa, ida y vuelta, los caminos más complicados buscarán complicarles la vida a los pilotos más importantes del globo.

Ahora bien, ante la intención de que la competencia se realizara íntegramente en otros países hubo negativa. Argentina dijo no. Chile dijo no. No obstante, Perú aceptó. ¿Por qué?

Marisol Acosta, directora de Prom-Perú, tiene la respuesta. “Hemos invertido 10 millones de dólares y se calcula que el retorno será de 60”. Según agregó, este monto se determinaría a propósito de varios factores. El primero tiene que ver con la exposición del país ante la comunidad internacional: 70 cadenas de televisión transmitirán la carrera en 190 países. Traducción: publicidad para el Perú. A eso le suma los casi dos millones de espectadores que se espera que sigan o se sumen a la competencia. Eso implica consumos en restaurantes, hoteles, grifos, etc. Podría decirse, entonces, que las ganancias son, de cierto modo, indirectas. “A través de un estudio que encargamos se determina el retorno de la inversión”, explica Acosta. Además está, claro, la interacción en redes sociales, pues se espera que tres millones de usuarios estén conectados durante la prueba.

CUIDADO CON EL PATRIMONIO
Este no es un tema menor. La euforia por la espectacularidad de los autos que vendrán a Lima nos hace olvidar, por ratos, qué pasa con nuestra riqueza patrimonial. Más aún en toda la zona que comprende Ica, Nasca y Paracas. Patricia Hurtado, asesora de alta dirección y responsable del Dakar desde el Mincetur, explica por qué es “imposible” que la prueba dañe lugares sensibles. “Se ha dispuesto la instalación de 208 hitos y 17 paneles, todos permanentes, que indican zonas naturales peruanas sensibles”, asegura.

¿Esto sería suficiente? La ruta, que es entregada un día antes de cada etapa, es desconocida para muchos de los extranjeros (incluso también para los pilotos peruanos) y muchos de ellos se pierden durante las distintas fases, mientras que los espectadores suelen obviar las zonas indicadas por la organización para observar la competencia. “Los autos de competición cuentan con un GPS que es monitoreado desde un punto de control donde están presentes un representante del Dakar, otro del Ministerio del Ambiente, una persona del Mincetur y también de Prom-Perú. Todos velando porque la ruta y las zonas sensibles sean respetadas. Si un auto se desvía, se le comunica automáticamente”. En el caso del público, más de 9 mil personas estarán a cargo de que se respete los puntos escogidos.

Esperemos que así sea. //

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