La historia del fujimorismo en cinco puntos breves, por Carlos Meléndez
La historia del fujimorismo en cinco puntos breves, por Carlos Meléndez
Carlos Meléndez

1) Desde 1990 la política peruana gira alrededor del fujimorismo. Cada una de sus fases ha afectado la vida de sus seguidores y detractores. En sus orígenes fue una modesta pyme familiar, con dirección en La Victoria. Un emprendimiento político de una pareja de descendientes japoneses que, con ayuda de familiares cercanos (los Aritomi) y redes amicales, sintonizó con el rechazo a un establishment partidario en ruinas. Small was beautiful.

2) Después del 5 de abril de 1992, el fujimorismo entró en su etapa más siniestra. Todo comenzó con el copypaste de un plan de asalto al poder, esbozado por militares durante la crisis generalizada de 1990, y terminó con la cooptación de las fuerzas armadas por una camarilla criminal y mafiosa. La recuperación económica y la derrota del terrorismo no reconcilió al país, lo dividió más. Su responsable, Alberto Fujimori, se fue por la puerta falsa ante la caída de su régimen autoritario, acusado de violaciones a los derechos humanos y corrupción. Ahí nacieron sus ‘antis’.

3) Desde Japón hasta Chile, su tercera fase fue clandestina. Los fujimoristas la denominan ‘La Resistencia’. De la noche a la mañana, el movimiento de masas se convirtió en una secta, cuyos cultos deambulaban en las periferias de la capital con mensajes radiados del ‘Chino’, grabados en su refugio japonés. En Santiago, bajo arresto y esperando su extradición, Fujimori lanzó una plancha presidencial sin su nombre, por primera vez. Así, inadvertidamente, cedió poder que no volvería a recuperar del todo.

4) La cuarta etapa, llamémosle de construcción partidaria, se centra en Keiko. Mientras el padre respondía ante la justicia, ella hizo algo inédito hasta entonces en el fujimorismo: construyó partido. Creó un entorno propio que fue alejando, paulatinamente, a ‘albertistas’ que no endosaran su liderazgo. Luz Salgado y Martha Chávez se quedaron, por ejemplo. Los más leales al patriarca fueron desplazados, esperando una oportunidad que no tardaría en aparecer.

5) El quinto periodo, el actual, es la disputa interna, fratricida. Comienza de manera auspiciosa para Fuerza Popular: elegida la principal fuerza congresal con 73 representantes; no hay región o distrito electoral donde no exista un legislador de Fuerza Popular. La debilidad del Ejecutivo pepekausa fue demasiada tentación para el fujimorismo. Por un lado, se creyeron dueños de la pelota. La soberbia los cegó, a tal punto que multiplicó sus peleas simultáneamente: contra el gobierno, contra las autoridades judiciales, contra el Tribunal Constitucional, contra los medios, etc. Por otro lado, la desesperación del ex presidente Fujimori por salir de su arresto lo hizo perpetrar una aventura propia. Fiel a su viejo estilo: pragmático y sin escrúpulos, rodeado solo de sus incondicionales, labró su propio indulto a costa de dividir su propio legado. De hecho, sin la división enconada entre Keiko y Kenji no podemos entender la caída de Kuczynski.

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