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La foto tomada por Sam Shaw en 1954 dio la vuelta al mundo. Hasta hoy sigue siendo fuente de inspiración.

Uno de los puntos donde se acumula mayor cantidad de turistas en el museo de cera Madame Tussauds con sede en Nueva York es donde aparece su figura. Es fácil reconocer que se trata de por dos motivos: la estatua está tan bien lograda como casi todas las figuras que se exhiben ahí y, además, está inspirada en una de las escenas más icónicas de Hollywood. Esa en la que la famosa actriz deja refrescar sus piernas con el viento que brota de unas de las rejillas que conducen al metro subterráneo de la Gran Manzana.

La foto de ese momento, aunque muchos ya no lo recuerdan, pertenece a una película llamada "La tentación vive arriba" ("The Seven Year Itch" en inglés), una comedia basada en una obra de teatro y que tuvo como director a Billy Winder. En la cinta, Monroe es una joven preciosa e ingenua que conoce a Richard Sherman (Tom Ewell), su vecino. Luego de ver una película de terror en las salas del cine Trans-Lux, ambos pasean hasta llegar a una calle donde sucede lo inesperado. El vestido blanco de Marilyn se alza y sus extremidades inferiores se dejan ver en todo su esplendor. “¿No es delicioso?”, coquetea.

Sam Shaw es el nombre del fotógrafo que inmortalizó la imagen que serviría para publicitar la película -y que nunca salió como tal en el film, donde se mostraron otros planos- en Estados Unidos. Él era muy amigo de Marilyn Monroe, a quien conoció años atrás en las grabaciones de la película "Viva Zapata". En 1951, la actriz no era famosa todavía y se le encomendó llevar todos los días al set en su auto a Sam Shaw, muy conocido por sus fotos publicitarias. Así lo hizo y se hicieron íntimos.

Según han afirmado familiares de Shaw, la idea de la escena que hasta el día de hoy sigue siendo imitada en miles de lugares fue de él. Al leer el guion habría recordado una foto que él realizó 10 años atrás para la portada de la revista Friday. Cuentan que esa edición se vendió como pocas. Se veía a un marinero y una joven en Coney Island en un túnel de viento. Y el aire le daba movilidad a la falda de la protagonista. Con ese antecedente, le propuso hacer algo parecido al directo.

Otro dato importante: la escena se filmó dos veces. Una en Nueva York y otra en Los Angeles. La primera se hizo abierta al público y periodistas. Pero llegó tanta gente a la 568 de la avenida Lexington que el ruido complicó la grabación que duró más de 3 horas. Por eso luego se decidió hacer lo mismo en un set cerrado.

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