Carlos Carlín: “Mi trabajo más terrible fue ‘La noche es mía’”
Carlos Carlín: “Mi trabajo más terrible fue ‘La noche es mía’”
Redacción EC

LILIA CÓRDOVA TÁBORI

Tengo 43 años. Desde niños, mis hermanos y yo siempre habíamos visto todo tipo de espectáculos. El teatro era mi favorito. A los 13 años descubrí que la actuación era lo mío. Me ‘rayé’ al ver la obra “Marité”, dirigida por Roberto Ángeles, en el teatro de los Reyes Rojos. Disfruto hacer ficción y estar en la radio. He recuperado la obsesión por actuar y construir personajes. Mi virtud es la persistencia para alcanzar mis objetivos. El mal humor es mi defecto. Soy a veces intolerante con ciertas actitudes de la gente.

Con 20 años de trayectoria, ha actuado en televisión, teatro y cine. Ha sido galán y payaso. Tentó suerte en la conducción de un programa nocturno. “No tienes idea de cómo disfruto pensar en otros proyectos donde me siento vivo”, confiesa el eterno Tony de .

 ¿Quién te descubrió en la televisión?
Podría decirse que . Él me pasó la voz para integrar el elenco de “Los de arriba y los de abajo”.

 ¿Eras un galán?
En esas épocas estaban las novelas de Iguana con gente linda y nosotros, gente fea que venía del teatro.

 ¿Siempre eres tan sarcástico contigo mismo?
Trato de serlo antes de que otros lo sean.

 ¿Qué trabajo ha sido el más terrible hasta ahora?
”.

 ¿Por qué?
Quería hacer otra cosa. Veía a esta gente que anima cuatro juegos y gana harta plata, mientras que un actor ensaya meses para una obra. Siempre he admirado a y su capacidad de hacer humor y entrevistar con inteligencia. Me dije: ¿Por qué no la televisión? Ivcher fue muy generoso y me dio el horario de las 11 p.m. Quería hacer humor, pero a los tres meses todo se fue al diablo. En mi ingenua o absurda postura pensaba que se podían decir las cosas como en la radio. ¡Qué importante es poder llegar a más gente! ¡Qué importante es poder decir las cosas con ironía, joda o mucha verdad! Mentira. En la tele debes cumplir el rol que la gente quiere que cumplas. No estoy dispuesto a eso.

¿Volverías a la televisión?
Haciendo ficción o conduciendo un espacio que no me demande hacer cosas con las que no estoy de acuerdo o me generen tensión.

¿Qué pasó cuando entraste por primera vez a una cancha de fútbol en el colegio San Luis?
Tenía unos 10 años. Recuerdo clarito que me llevé a varios de mis compañeritos hasta llegar al arco y metí gol. Estaba imparable. Celebré, pero nadie lo hacía conmigo porque fue un autogol.

 ¿Odias el fútbol?
Desde niño no he visto algo que relacione el fútbol con el éxito. El último recuerdo agradable que tengo es la pelota de Basa firmada por ‘Cachito’ Ramírez.

 ¿Verás la final del Mundial?
Si pudiera estaría allá porque eso es realmente fútbol. Lo que nosotros jugamos es ‘fulbol’.

 ¿Tienes un favorito?
He escuchado a los entendidos que puede ser Holanda o Alemania.

 ¿Qué te parece la relación de los peruanos con el fútbol?
Es conmovedora.

 ¿Siempre hablamos de los goles de ?
Ahora están hablando de los goles que Hitler nos robó. Me llama mucho la atención cómo la gente está afanosa con el Mundial. Somos los niños feos del barrio que miran la fiesta desde el techo porque no han sido invitados.

¿Qué opinas de los comentaristas deportivos?
Trabajo y converso más con ellos. Antes tenía reparos porque hablaban como argentinos y ensalzaban a quienes no debían.

 ¿Cómo fue pasar de un programa radial para jóvenes a uno más serio donde compartes cabina con periodistas?
La primera vez que salí al aire en Capital hice una entrevista sobre toma de terrenos. Una señora llamó y me dijo: “¿Qué haces allí, payaso?”. Estaba muy molesta. Le respondí algo que mantengo hasta ahora: “Estoy acá como también podría estar usted. La diferencia es que tal vez me conocen un poco más y puedo tener más llegada. Estoy en la misma posición para hacer preguntas. Tómelo así, no soy un periodista”.

¿Qué cambios has hecho para interpretar a Zsa Zsa en “"?
En este montaje Juan Carlos Fisher me pidió que sea más diva. Entonces comencé a mirar documentales de María Callas, Edith Piaf y así poder copiar movimientos. Bajé de peso para no causarle problemas a Sitka Semsch con el vestuario. Ahora corro y me siento bastante sano. A los 43 años no puedo seguir comiendo chatarra.

¿Te gusta el baile?
Mi tía fundó una escuela de flamenco que mi hermana ha continuado. Por ello, de niño me era muy fácil aprender todo tipo de bailes como la marinera. Pero ya me olvidé.

¿Participarías en un ‘reality’ de baile?
Me lo propusieron, pero no es lo mío. Yo hago el ridículo en otros escenarios.

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