(Foto: Shutterstock)
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Celeste Pérez

“Odiar es algo tremendamente fácil, pero amar requiere de una fuerza que todo el mundo tiene y que no todos están dispuestos a poner en práctica”, repasa la escritora Rupi Kaur en uno de sus poemas. Como seres humanos, establecer relaciones es parte vital de nuestra supervivencia. Nacimos para dar y sentirnos amados. Desde niños, nos vemos expuestos al afecto: de nuestros padres, abuelos, amigos, mascotas, maestros, etc.

Con el paso de los años, nuestro concepto de amor comienza a tomar forma y se va afianzando de acuerdo a las experiencias que la vida nos presenta. Y como todo aquello que empieza a formar parte frecuente en nuestra vida, se vuelve rutinario. Sí, acéptalo. Es probable que no medites a menudo sobre cuánto y cómo es el amor que le tienes a tu familia, trabajo, mascotas o al medio ambiente; en comparación al tiempo que muchas veces le otorgas al amor de pareja.

Algo aún más alarmante es que en ocasiones, llegamos a descuidar hasta el amor propio. El autoestima. Un artículo médico de la Universidad del Valle en Colombia explora más en el tema y rescata lo siguiente: “Podemos decir que se comparte el amor así como se comparte el conocimiento: sólo se puede compartir aquello que se posee. El amor auténtico por nosotros mismos impulsa a amar más y mejor a todos los que conviven en nuestro universo”.

¿Nos queremos? ¿Te quieres todos los días?

Por ello, aprovechamos el marco del día de San Valentín para traer de vuelta aquellos amores que también son importantes en nuestras vidas. Los que nos ayudan a crecer. Empecemos a recordar:

1. Amor propio:

“Cuando hablamos de amor propio nos referimos al autoestima. Para entender mejor, debemos tener en cuenta el auto conocimiento. Lo importante que es reconocernos con defectos y virtudes. Luego, viene la aceptación: una vez que me conozco y sé como soy, debo tener la capacidad de ir aceptando cada una de esas cualidades. Finalmente, llega la auto valoración. Desarrollar las cualidades positivas para mejorar, e identificar aquellas que no nos hacen felices para cambiarlas”, señala la psicóloga y psicoterapeuta humanista Indira Medrano. Reconocer nuestras debilidades (y rebelarnos contra ellas), vigilar nuestras fortalezas (y compartirlar); eso es el amor propio. Ninguna persona es más especial que otras porque todas juntas lo son. Si eres padre, cultívalo en tus hijos. Diles lo orgulloso que estás de ellos cada minutos.

2. Amor entre hermanos: 

El amor de familia es uno de los más importantes. En ella, establecemos nuestros primeros nexos como individuos sociales, empezando a desarrollar los valores. Uno de los subgrupos más importantes de la familia es aquel que establecemos con nuestros hermanos. El vínculo con ellos es fuerte desde el inicio, siendo una de las principales fuentes de lealtad a lo largo de nuestra vida. 

"En la familia, aprendemos a manejar muchas cosas solo entre hermanos. Es un vínculo de amistad, pero con muchos más valores y unión, ya que al fin y al cabo es alguien de tu sangre", indica la psicóloga Indira Medrano. 

3. Amor por las mascotas: 

Te has preguntado, ¿cuán importante en tu vida es tu mascota?
Curiosamente, existen casos en los que como seres humanos llegamos a establecer conexiones mucho más fuertes con nuestras mascotas que con otras personas. Es un amor incondicional. Si nunca lo has conocido, mira la película sobre , la historia sobre la relación entre un hombre (Richard Gere) y el perro que recogió de la calle, hasta la súbita muerte del primero. 

La Universidad de Azabu, en Japón, realizó un estudio y documentó las interacciones entre distintas personas y sus mascotas por un lapso de 30 minutos. Los resultados arrojaron algo sorprendente: la conexión entre ambos produce altos niveles de oxitocina (hormona del amor), igualando la fortaleza de una relación entre madre e hijo.

Si buscas cómo cultivar aún más este tipo de amor, conoce la iniciativa de

4. Amor por el trabajo: 

"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida" decía Confucio. ¿Cuánto nos preocupamos por cumplir esto? En la actualidad, el trabajo se ha convertido más bien en un sinónimo de estrés, ansiedad y pesadez; una rutina que queremos que acabe lo más rápido posible. 

Sí, muchas veces no tenemos el privilegio de elegir lo que más nos gusta (teniendo en cuenta el gasto que conlleva vivir), pero eso no quiere decir que dejemos abandonados nuestros sueños y expectativas.

Un ejemplo de ello es Giuliana Huamán, primera peruana en alcanzar el primer puesto en el concurso de innovación del MIT
, que dejó su zona de confort para perseguir sus sueños. No fue sencillo, tuvo que tocar fondo, perder mucho dinero y hasta enfermar. Sin embargo, lo consiguió: “Me di cuenta de que había cumplido con las expectativas de mis padres y alcanzado logros profesionales, pero me había olvidado de ser feliz", indicó la emprendedora en una con Viù. 

5. Amor al medio ambiente: 

¿Te has dado cuenta de que el mundo no es el mismo en el que tú creciste? ¿Que hay que barnizarse en bloqueador, que no se puede salir a la calle porque casi no existen parques, o que las playas se miden ahora no por su belleza sino por sus medidores de salubridad? La conciencia ecológica está cada vez más latente y nos invita a cuidar y preservar aquello que nos rodea. Cada día más personas buscan incluir hábitos eco amigables en su rutina: reducir el uso de plástico, reciclar, desconectar aquello que no está en uso, etc.  

Si buscas fortalecer este tipo de amor, la iniciativa de la Organización para la conservación del medio ambiente '¿Por dónde empiezo?' te ayudará con sus propuestas: 

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