MDN
Su labor va más allá de sanar y educar - 1
Redacción EC

Por Andrea Carrión / WUF

En la clínica veterinaria están preparados para lo inesperado. Si bien los conejos y las aves desfilan casi a diario por su consultorio, también hay días en los que hurones, serpientes, erizos y otras mascotas inusuales ponen el toque especial a la jornada.

“Empezamos atendiendo exclusivamente a distintos tipos de aves, pero en el 2008 comenzamos a atender mascotas no convencionales. Aquí no vemos ni perros ni gatos ya que suelen ser objeto de estrés para nuestros pacientes, pues si un canarito, por ejemplo, ve a un gato, se asusta, o si un perro ladra, el ave se puede privar”, explica la Dra. Canales, quien comparte su práctica con el Dr. Alexis Cortijo.

Aurora

Los animales más extraños que les ha tocado tratar son un clamidosaurio y un avestruz. El primero es una especie de reptil agámido oriundo del sur de Nueva Guinea. Estos animales miden un máximo de 30 centímetros, caminan en dos patas y son muy agresivos. Un extranjero lo trajo de su país y lo llevó a esta clínica para un control de heces y desparacitación.

El avestruz fue traída a Lima desde Trujillo, donde hay criaderos de avestruz por los huevos.

“Un avestruz hembra bebé se enfermó y la trajeron acá porque no encontraron con quién atenderla allá”, recuerda Canales. “Hay clientes que no les importa la distancia, como una clienta de Arequipa que trajo a su lorito con un problema de picaje (arrancado de plumas). Su dueña se quedó una semana en un hotel mientras duró el tratamiento. Hay gente que siente tanto apego a su mascota que solo les importa que se recuperen”.

Pero así como hay personas que cuidan al extremo de sus mascotas, también hay quienes se desentienden por completo de éstas.

“Está el caso de un señor que un día llegó a consulta con su hámster y dijo ‘me ha costado 5 soles. ¿Para qué voy a invertir más en él? Si se enfermó, lo boto al tacho y compro otro’. Así viene mucha gente, llegan bajo presión de sus hijos pequeños que les piden que por favor curen a su mascota, pero no falta el que dice ‘Dígame doctor si se salva, si no lo mato y le compro otro a mi hijo’.  Eso he visto mucho acá. Gracias a Dios la gran mayoría de nuestros pacientes son muy sensibles y no se fijan en el valor monetario del animal sino en el valor emotivo y lo que ellos significan para su familia”, señala Canales.

Mery Fernández, clienta de Dr. Plumas, observa a su loro Aurora.

Al desapego de algunos clientes, se suma la insensibilidad de otros que no dudan en abandonar a sus animales.

“Aquí en la veterinaria tenemos canarios de pacientes a los que les damos alojamiento cuando su dueña sale de viaje. Pero también hay algunos que terminaron quedándose porque, así como la gente abandona perros y gatos, también abandonan aves. Por eso cuando tenemos una buena afluencia de pacientes, los sábados normalmente, la gente aprovecha para dejar el animal con todo y jaula, y se van”, dice Canales.

Actualmente Canales y Cortijo cuidan de cinco canarios abandonados, a Ambrosio, un hámster que fue adoptado porque su dueña tuvo que regresar a su país natal, y a tres hurones que también se vieron forzados a adoptar. También les pasa con palomas y con conejos.

La Dra. Sally Canales sostiene a Bartolo, uno de los tres hurones adoptados por ella y su esposo.

“Mucha gente nos trae palomas heridas y nos pagan el hospedaje hasta que se puedan liberar y si no se puede, ubicamos a gente con casa con jardín. Hacemos bastante trabajo con palomas”, agrega Canales. “En cuanto a los conejitos, hace un tiempo rescatamos a uno que alguien dejó en una caja de cartón en un parque. Estaba todo huesudo, deshidratado y moribundo. Decidimos intentarlo, el animalito se recuperó, era un conejo viejo. Estuvo con nosotros siente meses y se volvió nuestro engreído, se llamaba Nano. Un día, de la nada le dio un infarto. A todos nos afectó mucho su partida”.

Este tipo de experiencias de maltrato y abandono han llevado a la Dra Canales y al Dr Cortijo a no solo cuidar de la salud de sus pacientes, sino también a educar a los propietarios sobre tenencia responsable de mascotas.

Así como lo hacen en la clínica durante las consultas, ambos son muy activos compartiendo información útil sobre el cuidado de mascotas exóticas y silvestres en su muro de Facebook.

Pero encima de todo, y debido a la naturaleza de su práctica, a estos especialistas también les ha tocado una especie de tarea fiscalizadora pues muchas veces llegan a su clínica animales que son víctimas del tráfico ilegal.

 

En su lo advierten escribiendo “Recuerda no comprar animales silvestres pues el 98% provienen del trafico Ilegal”. Cuando están cara a cara con los pacientes, suelen dejarles bien clara la diferencia entre una mascota exótica y una silvestre.

Según explica Canales, mascota silvestre es aquella que proviene de nuestra fauna y puede estar en peligro de extinción debido al tráfico ilegal de animales. Una mascota exótica es una que, generalmente, es ajena al continente americano, como es el caso de las tortugas, lo más común en Lima.

“Cuando nos llega un paciente silvestre, al propietario le indicamos cuáles son las consecuencias del tráfico y cuál es su deber. Si es alguien que ha rescatado, como dicen algunos, tratamos de ayudarlo en la salud del animal, y en algunos casos hemos logrado convencerlos para que los devuelvan a Serfor (Servicio Nacional Forestal y de fauna Silvestre). En otros casos hay animalitos que están años en Lima como mascotas, como los loros, por ejemplo, y regresar a su hábitat natural es casi imposible”, indica Canales.

VALE DESTACAR

En la veterinaria Dr. Plumas se atiende a las siguientes especies animales:

Aves: palomas, canarios, pericos, cocatiles, agapornis, rosellas, cacatúas, tucanes, aratingas, pihuichos, macareños, loros, guacamayos, gaviotas, pelicanos, gaviotines, golondrinas y aves rapaces como águilas, gavilanes, cernícalos.

Roedores: Erizos africanos, hámsteres, jerbos, cuyes, ratones.

Reptiles: Iguanas, tortugas de tierra y agua, lagartijas, varanos.

Otras especies: Hurones, mini pigs, conejos, ardillas, dragones barbudos (de la familia de la iguana), serpientes, ‘sugar glidders’ o ardillas voladoras.

EL DATO

El único perro al que se le permite entrar a Dr Plumas es Chancha, la mascota de esta clínica veterinaria. Esta perrita, ya de avanzada edad, era paciente de otra veterinaria. Un día la llevaron preñada, le sacaron las crías, la esterilizaron y sus dueños nunca más la recogieron. Canales y Cortijo la rescataron y se quedó con ellos.

Contenido sugerido

Contenido GEC