Claudia Lizzie Klaus (Foto: Andrea Carrión)
Claudia Lizzie Klaus (Foto: Andrea Carrión)
Andrea Carrión

Es muy común escuchar que el motivo por el cual muchas personas no se animan a adoptar o tener una mascota es porque trabajan muchas horas lejos de casa, porque no hay quién los cuide o por no tener espacio.

Claudia Fiorella Dagnino Meneses rompe por completo con ese discurso. A ella no le sobran ni tiempo ni espacio, de hecho le faltan manos, sin embargo cuida de 4 perros, 4 gatos y un conejo.

Hasta hace un tiempo Claudia contaba con el apoyo de su mamá, animalera de corazón como ella, pero hace dos años debió llevarla a una casa de reposo luego de ser diagnosticada con Alzheimer.

Pese a no tener hijos y no ser hombre, el último domingo Claudia celebró el Día del Padre.

“Y es que soy papá y mamá a la vez... hasta de mi madre. Siento una gran responsabilidad por todos. Ni me quiero imaginar qué pasaría con ellos si no pudiera cuidarlos”, comenta Claudia mientras pasea a tres de sus perros.

Claudia Lizzie Yorkies
Claudia Lizzie Yorkies

Pero ella no solo cuida a sus mascotas, además, de vez en cuando rescata animales abandonados a su suerte y se da el tiempo de buscarles una familia adoptiva.

Todo empezó en el 2009 con Nina, una perrita que falleció poco tiempo después de ser rescatada.

“Me afectó mucho su partida y fue en honor a ella que decidí empezar a rescatar más perros para buscarles un hogar”, comenta.

Al poco tiempo, Claudia y su mamá decidieron visitar a unos familiares en San Juan de Miraflores. Antes de llegar, Claudia empezó a observar a un perrito con pinta de Shitzú caminando sin correa y siguiendo a una pareja.

“Le comento a mi mamá: ‘Mira ese perrito’ y ella ‘Ay, Claudita, deja de andar viendo perritos en la calle’. Le dije ‘Creo que no es de ellos’ y me dijo ‘Son ideas tuyas, olvídate’. Pero no puede. Me acerqué a la pareja, les pregunté si era su perro y dijeron que no era suyo, que hacía rato los estaba siguiendo. Ellos no pensaban ayudarlo, así que me lo llevé”, recuerda Claudia.

Claudia Lizzie Klaus
Claudia Lizzie Klaus

Resultó ser hembra y la llamó Lizzie. Esa perrita se convirtió en su sombra, incluso el día en que se reencontró con su familia.

Luego de ser llevada a una clínica veterinaria para tratar una infección muy seria que requería de una cirugía inmediata, Lizzie se recuperó. Entonces Claudia decidió volver a la zona donde la rescató y pegó volantes con la foto de Lizzie y su número telefónico. Días después apareció la familia.

“Lizzie se llamaba Esperanza y era la tercera vez que se les perdía. Me llamó la atención la poca emoción de la perrita cuando se reencontró con su familia. Les comenté de la operación, de los gastos médicos y dijeron que no tenían plata ni para reembolsarme la mitad. Ni mostraron interés en llegar a un arreglo”, señala Claudia.

Pensó en dejarla ir con su familia, pero la frenaba el poco entusiasmo de Lizzie.

“Decidí probar una vez más paseando todos juntos en el parque. Lizzie no se me despegó. Les di una última oportunidad dejando que ellos la llamaran. Ella se acercó, se dio media vuelta y regresó a mi. Entonces decidí no entregarla. Les dije ‘Me daría mucha pena que se les vuelva a perder. Tal vez con una cuarta vez no tenga la suerte de cruzarse con alguien que la ayude, no quisiera que termine en malas manos o atropellada’. Y así fue”, comenta.

Claudia Lizzie Klaus
Claudia Lizzie Klaus

Con los años, Claudia siguió ayudando a uno que otro perro desorientado y en problemas. A la fecha recuerda haber rescatado a unos 15 y haberle conseguido hogar a 13 de ellos.

Uno de los perros que no ha logrado colocar hasta ahora es Klaus, un salchicha que hace un año y medio llegó a una clínica veterinaria para que lo bañaran y que nunca más vio a sus dueños.

“Era el perrito de una relación. Un día se separan y él se queda con Klaus. Luego él empieza una nueva relación y a la nueva novia no le gustaba el perro”, cuenta Claudia. “Me entero de todo esto cuando un buen día yo llego a una veterinaria y veo a Klaus de casualidad. Comenté que lo conocía, hasta lo llamé por su nombre y me movió la cola. Me dijeron que hacía más de tres días lo habían dejado para bañarlo y nadie volvió por él. Así que decidí llevármelo con la idea de darlo en adopción. Hoy ya tiene unos 7 años y medio, es muy bueno, pero hasta ahora no ha tenido interesados en adoptarlo”, agrega.

Claudia Lizzie Klaus
Claudia Lizzie Klaus

Para Claudia, cuando se combinan oportunidad y posibilidad es que surge la magia. Asegura estar siempre dispuesta a ayudar un animal en apuros y si no puede llevarlo a casa en ese momento, saca de su cartera un poco de comida para calmar su hambre y que pueda seguir su camino.

“Me da pena la indiferencia de las personas. Los animales también merecen una oportunidad. Y no me importa si el perro está carachoso, pulgoso, cochino... no me interesa el estado en el que estén. A veces me dicen ‘Qué asco, ¿cómo puedes?’, algo que nunca hizo mi mamá. Ella siempre me dio su apoyo. Ahora estoy prácticamente sola, pero a la vez muy bien acompañada por mis ‘hijos’”, añade Claudia.

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