“Y… ahora a México”, tituló El Comercio Gráfico en su portada del 1 de setiembre de 1969. Horas antes, la selección peruana de fútbol había logrado su primera clasificación a un Mundial por mérito propio. El partido Argentina-Perú del 31 de agosto en ‘La Bombonera’ de Buenos Aires se convirtió en la primera transmisión televisiva -en vivo y en directo- de un evento deportivo en el Perú. La alegría nacional era evidente días antes del choque. Los buenos resultados acompañaban a un equipo que pensaba en ganar las eliminatorias. “Les ganaremos en cualquier cancha”, dijo 'Perico' León ante la posibilidad de jugar en ‘La Bombonera’. Casi todos los seleccionados nacionales pensaban así. Sin embargo, Waldir Pereira ‘Didí’ anunciaba en una entrevista a El Comercio lo que iba a pasar: “Estoy convencido que el domingo logramos la clasificación”.El optimismo se notaba en todas las ciudades. “La gran mayoría de iquiteños están seguros que Perú se clasificará para el mundial, derrotando al fuerte elenco platense”, publicaba El Comercio en sus páginas interiores. Más allá del fútbol, por esos días la selección femenina de vóley había logrado el segundo lugar en el Campeonato Sudamericano de Caracas. Un gran logro deportivo para el país. El 28 de agosto, por la mañana, la delegación peruana comandada por ‘Didí’ partió a Buenos Aires. El aeropuerto internacional Jorge Chávez fue abarrotado por miles de hinchas que despidieron a sus ídolos con inmensas banderas y arrojando papel picado.
La clasificación en juegoEl domingo 31 de agosto de 1969, la selección peruana disputó ante Argentina su clasificación al Mundial México 70. El país estaba paralizado. Todos intentaban seguir el partido por televisión o por el sistema de radio transmisiones, habitual por esos años. En el estadio de Boca Juniors al menos cinco mil peruanos alentaban desde las tribunas, entre ellos el embajador peruano Gonzalo Fernández Puyó; el ministro de Educación, Alfredo Arrisueño; y el elegante y leal defensa del Boca Juniors, Julio Meléndez. La ansiedad en el campo era notoria. Ellos estaban obligados a ganar si querían forzar un desempate. Para nosotros, la igualdad era lo justo y necesario. Con una ‘Bombonera’ repleta empezó el decisivo encuentro. Pero no fue hasta el segundo tiempo que Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez abrió el marcador tras batir al meta gaucho Mario Cejas, con un disparo colocado de pierna izquierda. El empate albiceleste llegó de un penal bien ejecutado por José Albrecht. Pocos minutos después, ‘Cachito’ nos pondría nuevamente adelante en el marcador tras una larga corrida. El 2 a 2 definitivo lo selló Toscano Rendo al definir con el arco vacío, luego de un rebote en el palo izquierdo. Cinco minutos después del final del partido, miles de personas salieron a las calles de Lima para celebrar la clasificación. Algunos llegaron hasta los alrededores de la casa del presidente Juan Velasco Alvarado, para pedirle que declarara feriado al día siguiente. Otros, se disfrazaron de charros mexicanos para cantar, con guitarra en mano, la polca “Arriba Perú”.
Una celebración hasta la madrugada“A las 5 de la tarde, no era posible avanzar un metro en La Colmena o el Jirón de la Unión”, relataba El Comercio Gráfico. Mientras tanto, en el estadio Melgar de Arequipa se llegó al delirio aplaudiendo el triunfo del seleccionado. En Puno, “comparsas de danzarines folklóricos bailaron en las calles y en la Plaza de Armas”; y en Chiclayo, Piura y Trujillo se organizaron caravanas de automóviles que celebraron hasta la madrugada del lunes 1 de setiembre.Los hinchas peruanos en el estadio argentino se arremolinaron en las puertas del vestuario peruano para festejar con sus ídolos. Algunos salieron del coloso alzando la bandera nacional en señal de victoria; otros llegaron hasta la embajada del Perú en Buenos Aires para seguir con la fiesta y la emoción se intensificó cuando los seleccionados llegaron al lugar. En ese momento, sólo se escuchó un grito: “¡Perú, Perú, Perú!”.Algunas empresas felicitaron a la selección por su logro. “¡Gracias muchachos! Ustedes son mejores… son nuestros!”, publicó en un anuncio PetroPerú. Otros, como Ecuatoriana de Aviación ofrecían paquetes completos al próximo Mundial inmediatamente después de la hazaña. Al mismo tiempo, el Comité Interino de Telecomunicaciones Internacionales admitió a un reportero de El Comercio que del partido “sólo se transmitió las imágenes; la voz de los locutores se transmitió por radio de alta frecuencia”. Fue algo que el público no pudo percibir, gracias a la magnífica labor de los técnicos y al buen desempeño de la Estación Terrena de Lurín, inaugurada unas semanas antes.
El regreso de los triunfadores En la noche del martes 2 de setiembre, la selección peruana volvió al país y fue recibida por miles de aficionados que corearon cada nombre de los futbolistas. Bandas de músicos, pitos y matracas rompieron los oídos en el aeropuerto. La policía se rindió al empuje de la gente que se metió para levantar en hombros a algunos jugadores como Roberto Chale, Orlando de la Torre, Pedro ‘Perico’ León o Julio Baylón. Este último llegó a perder sus zapatos ante el desborde patriótico de los hinchas. Luego, los seleccionados se trasladaron en una caravana hasta Palacio de Gobierno, donde los esperaba una Plaza de Armas completamente repleta. La ovación fue unánime. Minutos después, fueron condecorados con los laureles deportivos por el presidente Velasco Alvarado. “Nunca imaginé esto. Sabía que nos preparaban un recibimiento, pero esto pasa todo lo que uno pudiera esperar”, comentó un emocionado Baylón. Ese mismo día, mientras los jugadores volvían a Lima, nacieron los hijos de los cracks Orlando de la Torre y Pedro Gonzales; es así como se puede decir que la fiesta fue completa.