“Telegramas. Ecos del gran incendio. Casi todas las víctimas son jovencitas; en su mayor parte italianas o israelitas. Muchas de ellas no han sido hasta ahora identificadas”, eran las primeras informaciones que El Comercio reproducía sobre esta tragedia ocurrida en una fábrica de camisas en Nueva York.Cuando comenzó el incendio, producido por una colilla de cigarro, unas 700 personas estaban en el edificio, que albergaba a la fábrica téxtil Triangle Shirtwaist. Aquel día las obreras habían recibido su sueldo semanal. Las puertas, como era costumbre, estaban cerradas con llave para evitar que las trabajadoras escapen.Unas 149 personas murieron, muchas de ellas se arrojaron por las ventanas del edificio de unos 10 pisos. Solo se lograron identificar unos 81 cadáveres.En aquella época los grandes edificios de Nueva York no tenían escaleras de emergencia. Las trabajadoras utilizaban el ascensor para llegar a la fábrica. Según reportes de la época este incendio era el sexto que ocurría allí.
En días posteriores y a pesar de la seguridad policial, unas 50,000 personas se congregaron en las inmediaciones del edificio. Los sindicatos realizaron mítines y pronunciamientos exigiendo mejoras en las condiciones de seguridad en las fábricas.“Se sabe que hay centenares de fábricas de camisetas donde trabajan millares de mujeres, en que el personal de obreros está en un grave y continuo peligro de la vida en caso de incendio”, informaba El Comercio en su primera plana del 28 de marzo de ese año.Simulacros y alarmas que alerten a los obreros de incendios en las fábricas fueron las propuestas legislativas que surgieron a raíz de esta tragedia. Años más tarde la muerte de estas jóvenes, inmigrantes en su mayoría, sería uno de los hechos que cimentaron la creación del Día Internacional de la Mujer.
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